El nombre de Lars Rebien Sorensen no es tan conocido como el de Steve Jobs o el de Richard Branson, pero él es el mejor CEO del mundo en 2015, según el ranking de “Best Performing CEOS in the world”, del Harvard Business Review (HBR).
Con 15 años al mando de Novo Nordisk, farmacéutica danesa dedicada a la atención contra la diabetes, Sorensen es también uno de los peor pagados del ranking. Eso no le importa. Lo que sí le importa es tener un equipo comprometido, por eso –según reveló al HBR en septiembre- Sorensen cree en la cohesión interna y en el consenso.
Aunque no hay una receta para ser exitoso, CEOS, gerentes generales y directores de la región sí consideran que todo líder debe tener estos elementos en su personalidad:
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1. El balance perfecto
Liderazgo, conocimiento del mercado, capacidad para reaccionar y firmeza en las decisiones son cuatro aptitudes deseables en un CEO, entre una lista de cientos. Pero más que esto, los expertos apuntan a una más importante, el balance.
“Debe tener confianza en sus habilidades y potencializarlas, pero debe tener la franqueza y la humildad para reconocer sus debilidades. También, debe sentirse cómodo y necesita retroalimentarse del mercado y de su gente”, aconseja Jesús Castro, CEO de Grupo Purdy Motor en Costa Rica.
¿Y qué cualidades no puede tener un CEO? En primer lugar no puede ser individualista, porque su puesto implica interactuar, delegar y escuchar nuevas ideas. En segundo lugar, no puede ser impaciente porque ni el mercado ni su personal van a responder con la agilidad que desea.
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2. Ser un constructor
Aunque Luis A. Siliézar, office manager partner de Deloitte en El Salvador, considera que el CEO debe ser el mejor o de los mejores profesionales en la empresa, Castro incentiva a rodearse de “colaboradores que puedan ser mejores que nosotros en lo que hacen, con ellos haremos la diferencia”.
Por eso, “la habilidad central es formar equipos, porque uno no trabaja solo, como persona sola no representa nada a no ser que tenga un buen equipo que lo respalde”, advierte Tiago Pereira de Queiroz, gerente general de Sylvania para Centroamérica, Caribe, Brasil y Estados Unidos.
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3. La edad de la experiencia
El promedio de edad en el ranking de los 100 mejores CEO del mundo de HBR es 59,7 años. El menor tiene 43 años y el mayor 79. ¿Muestra esto que hay realmente una edad perfecta para ocupar la silla principal de una empresa? No. Y en esto coinciden todos.
“Lo importante es tomar en cuenta la madurez e inteligencia emocional del CEO, no la edad cronológica, y un claro ejemplo de esto es Mark Zuckerberg”, señala Marco Penados, gerente de País para Guatemala y El Salvador de Manpower.
Sin embargo, a un CEO muy joven le puede hacer falta trayectoria que apoye su gestión, pero a un CEO muy mayor le puede hacer falta energía para dedicar a la empresa.
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4. Sed de formación
Mark Zuckerberg, Steve Jobs y Bill Gates fundaron sus emporios siendo estudiantes universitarios. Ellos son parte de un grupo reducido de genios que dejaron sus estudios formales y se hicieron millonarios por sus ideas, pero eso solo le pasa a pocos.
Aunque no hay una carrera universitaria que le garantice ser un CEO, la sed de formación es uno de los elementos vitales en un directivo potencial.
“La educación es un pilar indiscutible para lograr ser un CEO efectivo. Sin un conocimiento amplio sobre finanzas, economía, marketing, administración y capital humano, sería muy difícil alcanzar una gestión exitosa”, advierte el gerente de Manpower.
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5. Ser incansable
Finalmente, el último punto tiene que ver con un rasgo cultural. El CEO debe perderle el miedo a fracasar. De acuerdo con Pereira, “esto no significa no controlar las aristas de las decisiones que tenemos, pero es no tener miedo y aprender con los errores, creo que eso es fundamental para tener una empresa exitosa”.
Para llegar a esto, Pereira destaca la capacidad de auto-motivación como un valor fundamental en la personalidad del CEO, así como la madurez para encontrar en las dificultades nuevas oportunidades de crecimiento y de negocio.
Además, el CEO debe ser un profesional incansable, dotado de paciencia y perseverancia, insiste el CEO de Grupo CIV, Erwin Vásquez.