Redacción
Aunque la incorporación laboral de la mujer se ha acelerado en las últimas décadas, aún menos del 10,5% de las mujeres latinoamericanas ejercen un puesto de mando en las grandes empresas, según informó Cepal en marzo. La amplia brecha no evita que estas mujeres busquen día a día romper con los tabús y demostrar sus habilidades al mando, un camino que ha estado lleno de aprendizajes.
1. Navegando al equipo. Con 25 años de trabajar en la banca salvadoreña y seis años en la gerencia general del Banco G&T Continental, Lorena Rubio ha aprendido que la paciencia es su mejor aliado. “El cargo necesita un don de gente, pues las organizaciones no funcionan solas, debe saber que el líder que involucra a su personal en las decisiones es el que de verdad los motiva”, insiste.
2. Empatía y disciplina. Flora Solera, vicepresidenta de Operaciones para América Latina de SYKES, es tanto amada como temida en los pasillos de la empresa en Costa Rica. Cuando se maneja a más de 8000 personas, no hay otra salida que el trato amable y estricto para lograr buenos resultados, explica. “Tenemos situaciones muy difíciles de enfrentar, lo más difícil es no perder la fe y la confianza en el ser humano”, reconoce.
3. Enseñar, para aprender. “Uno trabaja para el puesto que quiere, no para el que tiene”, reflexiona Niurka Montero, directora comercial para Centroamérica de Dell. Su experiencia al mando le ha enseñado a apostar por la gestión bidireccional abierta hacia los colaboradores y los clientes, pues todo se trata de un proceso de “aprender constantemente y desaprender para hacer las cosas diferentes”.
4. Pasión, ante todo. Obtuvo su primera gerencia a los 24 años, hoy Martitza Oranges es gerente general en Del Istmo Assurance Corp. de Panamá, un puesto que alcanzó con ambición hace 4 años. “En todo lo que uno hace hay que ponerle el alma”, insiste, siempre y cuando esa pasión esté acompañada de un código de principios inquebrantables: respeto, honestidad y servicio.
5. Prohibido desmayar. Cuando la roya atacó al mercado cafetero centroamericano, Suyapa Fuschich, gerente de la Compañía Hodureña de Café, se armó de paciencia, honestidad y valentía. Su visión indujo a que más de 15 000 productores de café desarrollaran buenas prácticas en los cultivos, para que resistieran a la enfermedad. “Este es un negocio de caballeros, pero es una mujer la que está haciendo el trading”, recalca.
6. Cacería de talento. “El talento centroamericano no tiene nada que envidiarle a otros países, aquí hay mucha riqueza en el ambiente tecnológico” expone Lucila Barrios, gerente comercial regional de Pentcloud, en Guatemala. En 2011, Microsoft le ofreció la gerencia de Estrategia y Desarrollo de Canales en Chile, puesto en el que pudo visualizar el alto valor del talento centroamericano y su capacidad de hacer productos de clase mundial.
7. Sin miedo a los riesgos. El trabajo de hormiga y su osadía fue lo que le abrió las puertas inicialmente en BMW a la actual gerente país de Grupo Bavarian en Nicaragua, Lorena Ochoa. “Hay que hacer más de lo que se debe, dar una milla más siempre, para llegar a ser un profesional integral”, comentó. La vida le ha enseñado que no hay tiempo para dudar y que tomar riesgos es lo que impulsa una carrera exitosa.