“El problema que enfrentamos hoy es el resultado de las decisiones que como país no tomamos en el pasado. No podemos heredar una deuda creciente a los futuros gobiernos, tampoco vamos a recortar servicios esenciales a la población, entonces son necesarios nuevos ingresos, por ende es urgente que hagamos todo lo necesario para impedir el crecimiento de la deuda”, expresó, Luis Guillermo Solís, presidente de la República.
El proyecto de presupuesto para 2017 del gobierno costarricense prevé recursos por US$14.8 billones, esto significa un crecimiento de 12% respecto al aprobado en 2016. Este está enfocado a temas de inversión social y la construcción de nueva infraestructura.
El vicepresidente de la República, Helio Fallas, indicó que del total del presupuesto un 54% será financiado con recursos propios, mientras que un 46% con deuda, además hizo énfasis a que las condiciones fiscales del país llevaron a su cartera a tomar decisiones arriesgadas, entre ellas este crecimiento del presupuesto.
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Al respecto la Cámara de Comercio de Costa Rica insistió en la necesidad de disminuir el gasto público, revisar la labor y eficiencia de las instituciones del Estado y direccionar la inversión a las mejoras en infraestructura, a la formalización de las empresas y a la educación de los costarricenses.
Debate sobre educación e infraestructura
Las críticas por lo elevado del presupuesto proyectado no se hicieron esperar, La Cámara de Comercio del país indicó que el Gobierno se equivoca en los recortes que ha hecho al presupuesto nacional en estos temas y no ha realizado los esfuerzos suficientes para disminuir las transferencias a instituciones y las remuneraciones.
Para Yolanda Fernández, presidenta de la Cámara de Comercio, la infraestructura es uno de los principales problemas que enfrenta este momento el país, por lo que no le parece justo sacrificar recursos necesarios, para mantener un aparato estatal ineficiente y excesivamente grande. “En Costa Rica los funcionarios públicos ganan más que en todos los países de Latinoamérica, lo cual es desproporcional con la realidad económica y fiscal del país”, agregó.
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Otro aspecto fuertemente cuestionado es el aumento en las partidas para educación, en relación con el nivel de ingreso, ya que en Costa Rica el gasto público en educación, está por encima del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Si Costa Rica se comprometió a destinar un 8% del PIB, se deben exigir y evidenciar los resultados de ello.