Actualmente, cuenta con presencia en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, con un equipo de más de 15 000 empleados, quienes trabajan para ofrecer a los clientes una amplia variedad de productos frescos y congelados directamente en las tiendas locales. David McLennan, CEO de Cargill, conversó con Mercados & Tendencias sobre los proyectos en los que actualmente está enfocada la compañía, orientados a promover su crecimiento.
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Recientemente Cargill anunció la instalación de una planta una planta procesadora de alimentos para camarones en Nicaragua, una inversión muy interesante que están haciendo en el mercado del pescado. ¿Esta es la clase de inversión que la región puede esperar por parte de Cargill?
Sí, estamos apostándole al pescado. Hace dos años también hicimos una gran adquisición, la de una compañía noruega productora de harina de pescado, llamada Ewos. Creemos que el mundo va a consumir cada vez más pescado, como una fuente de proteína. Por otro lado, vendimos un negocio de carne de cerdo en Estados Unidos, pero mantenemos el de carne de res y aves de corral. Además, estamos muy enfocados en el tema de camarón, salmón, tilapia, como una fuente de proteína para el mundo entero.
¿En qué se enfoca su negocio en la región?
La mayor parte de nuestro negocio de aves de corral en la región es el de procesamiento primario, es decir, productos crudos. Sin embargo, depende de cómo las economías evolucionan, se van dando productos de más valor o productos cocinados. Las personas, especialmente las mujeres, salen a trabajar y pasan menos tiempo en casa, y necesitan productos para comer en el instante. Esta tendencia en países como Honduras y Nicaragua alcanza un 10%, mientras que Costa Rica tiene un porcentaje más elevado, el 20%, y esperamos sobrepasar el 40% en los próximos años.
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En el segmento de consumidores exigentes hay una preocupación por temas como trazabilidad. ¿Cómo se prepara Cargill para atender dichas preocupaciones?
Es un componente importante de nuestro negocio y de nuestra estrategia, y algunas de nuestras estrategias es la digitalización y ‘analytics’. Por ejemplo, tenemos el negocio de los pavos en los Estados Unidos y para el pasado Día de Gracias utilizamos la tecnología del blockchain, la cual permitía al consumidor escanear un código de barras para obtener información sobre el granjero con el que creció el pavo. Así, para garantizar la trazabilidad debemos tener mejor tecnología, que ayude a los consumidores a conocer de dónde viene su comida o qué ingredientes tiene. Por ello, la sostenibilidad y trazabilidad son temas en los que estamos trabajando mucho.
¿Las demandas de los consumidores centroamericanos son similares a las de los de otras regiones, como Europa o Estados Unidos?
Es algo que está evolucionando, pero creo que el área de Europa Occidental y Norteamérica son particularmente más demandante en lo que se refiere a la obtención de información de sostenibilidad, transparencia y de no confiar en las marcas tanto como antes. Esta situación no es la predominante en Centroamérica pero no creemos que vaya a ser así siempre, y dadas las diferentes culturas y consumidores, terminarán pidiendo esa misma información.
El consumo de la carne de pollo en Centroamérica, está creciendo. ¿A dónde va este negocio?
Amamos estar en este negocio, por eso invertimos en cosas como el centro de distribución que instalamos en Costa Rica. Creemos que el pollo y el pescado será nuestro foco. Es un negocio sostenible, rentable. La verdad somos muy apasionados del negocio de la proteína en Centroamérica.
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¿Está incluido Panamá en su estrategia de expansión, siendo uno de los países de la región con gran consumo de estos productos y al que aún no han llegado?
En Cargill tenemos una ‘tablero estratégico’ en el que incluimos dónde queremos estar mañana, y ciertamente Panamá es uno de los lugares en los que tenemos el foco puesto. Panamá tiene un muy buen consumo de proteína y de pollo, 70 libras per cápita, que es muy bueno.
¿Cuál ha sido la estrategia de Cargill en el manejo de información frente a sus consumidores?
Los consumidores quieren comer sano y limpio, así que una de las cosas que hemos hecho como compañía es ser más activos para contar nuestra historia porque queremos que sepan cada vez más acerca de nosotros, porque ellos quieren saber que sus alimentos vienen de una empresa ética. Por ello, tratamos de ser más públicos y visibles que antes, y por eso somos más activos con los medios.
¿Cómo trabajan con productores agrícolas de la región?
Estamos trabajando con el Foro Económico Mundial, especialmente en Nicaragua donde estamos con el proyecto “Nueva Visión para la Agricultura”, en el que buscamos ayudar a unos 400 productores. También estamos con esto en Honduras y esperamos llegar próximamente a Costa Rica.