Redacción
Cerca de 2,1 millones de personas se han beneficiado con acceso a saneamiento mejorado (suministros que protegen el agua de la contaminación externa) por los esfuerzos realizados desde 1990; sin embargo, la cifra se queda corta por cerca de 700 millones de personas según los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU.
Actualmente, el 68% de la población mundial utiliza instalaciones de saneamiento mejoradas, cuando se esperaba llegar al 77%.
Según las declaraciones por parte de la OMS y la UNICEF es necesario duplicar las tasas actuales de reducción, especialmente en el sur de Asia y en África subsahariana.
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La UNICEF aboga por el apoyo a los sectores más necesitados para su crecimiento, pues enfocarse en combatir las desigualdades debe ser la vía para lograr el desarrollo sostenible.
Según declaró Sanjay Wijesekera, jefe de programas mundiales sobre agua, saneamiento e higiene de UNICEF, los primeros en avanzar han sido siempre las clases más altas y los de mayor poder adquisitivo, por lo que se deben buscar medidas para mejor condiciones de los más necesitados.
Para cumplir con este objetivo, se necesitan localizar las poblaciones más necesitadas mediante datos desglosados y centrarse en estas comunidades con métodos y tecnologías innovadores, además de brindarle mayor atención a los centros de saneamiento ya existentes en las zonas con problemas.
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La insuficiencia de las inversiones en campañas de concienciación, la falta de productos al alcance de los más pobres y las normas sociales que permiten e incluso fomentan la defecación al aire libre son unos de los mayores problemas. Cerca de 946 millones de personas defecan al aire libre, práctica que se pretende erradicar en los próximos 15 años.