Este año los sistemas bancarios en Centroamérica deberían beneficiarse de un crecimiento económico continuo con PIBs que mejorarían entre 3%-4%, advierte el artículo “Problemas y oportunidades son constantes para los bancos centroamericanos en un entorno económico cambiante” de la calificadora Standard & Poor’s Rating Services.
Aunque la calificadora destaca que sectores como la industria, el comercio, las remesas y el turismo llevaría al alza la inversión de los países, se mantiene la presión con las tasas de interés internacionales que podrían reducir los márgenes de los bancos con un retorno de activos entre 1% y 1.5%, comparado con 1.4% durante los últimos tres años.
Para Costa Rica se estima que el crecimiento total de la cartera de crédito será de 6% en los siguientes dos años, conforme el PIB aumente cerca del 3.5% en 2015 y 2016. Aun así se advierte la fuerte competencia ejercida por la banca pública y una cartera dominada por el dólar (45%) representan riesgos.
En el caso de El Salvador la proyección es moderada, dado el débil crecimiento de la economía, la baja productividad del sector transable y las altas tasas de criminalidad. Sin embargo, el ingreso de participantes internacionales, con un 90% de los activos en manos de bancos colombianos, estadounidenses y canadienses, atraídos por la rentabilidad; son buenas señales para el país.
En República Dominicana: Bancarización crecerá 4% anual
Guatemala por su parte reporta un alza en la colocación de créditos en moneda extranjera (37% del total), una situación que destacan como riesgosa en caso de que el tipo de cambio se vuelva más volátil. En su caso se estima que el crecimiento mantendrá una tasa de 13%- 15%, durante los siguientes dos años.
Los bancos en Honduras operan en una economía en desarrollo, advierte la calificadora, con una limitada diversificación e instituciones políticas débiles, ante este difícil escenario se proyecta que la cartera crediticia del sistema bancario crezca aproximadamente 12% en promedio.
Finalmente para Panamá, con crecimiento crediticio constante, una buena calidad de activos y una rentabilidad adecuada, se estima un crecimiento de 10% en la cartera crediticia, aun así la falta de un prestamista de última instancia y una base de depósitos estrecha y débil destacan entre sus desafíos.