Las economías de América Latina y el Caribe han cobrado impulso luego de un año de escaso crecimiento y seis de estancamiento, generando la oportunidad de que los países fortalezcan sus posiciones fiscales y sienten las bases para un crecimiento inclusivo de largo plazo.
En su último informe semestral “Ajuste fiscal en América Latina y el Caribe: ¿Costos en el corto plazo, beneficios en el largo?”, la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para la región examina el impulso del crecimiento como resultado en gran medida de un entorno externo positivo, el informe incluye aumentos en los precios de los commodities, crecimiento de Estados Unidos y China, y una alta liquidez internacional.
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“Los persistentes déficits y altos niveles de endeudamiento pueden poner en riesgo los logros alcanzados en las últimas décadas, como la baja inflación, la reducción de la pobreza, la desigualdad y la generación de crecimiento inclusivo (…) a largo plazo, menores déficits fiscales y menores cargas de deuda ayudarían a consolidar estos logros y a impulsar el crecimiento”. dijo Carlos Végh, Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
América Latina y el Caribe (ALC) creció económicamente un 1,1% durante el 2017 y se espera que crezca 1,8% en 2018 y 2,3% en 2019, de acuerdo con el informe. Excluyendo a Venezuela, el crecimiento estimado es de 2,6 en 2018 y 2,8 en 2019.
El pronóstico para México es de 2,3 y 2,5% en 2018 y 2019, respectivamente. Centroamérica se espera que crezca un 3,8 por ciento en 2018 y 2019, mientras que la expansión del Caribe se estima en 3,5 en 2018 y de 3,4% en 2019.
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A pesar de estas señales positivas, 31 de los 32 países latinoamericanos y caribeños registraron déficit fiscal en 2017, mientras que la deuda pública de la región es de 57,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los ajustes fiscales en los buenos tiempos son importantes para construir espacio fiscal, señala el informe. Esto permitirá aplicar políticas contracíclicas para estar preparados la próxima vez que las condiciones sean menos favorables y proteger a los más vulnerables.
El informe señala que estos ajustes deben ser graduales y no centrarse en el recorte a la inversión pública o las transferencias sociales, las cuales resultan vitales para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. La inversión en infraestructura es particularmente importante. El gasto ineficiente e improductivo debe volverse el foco de las reformas.
El desafío es encontrar el punto justo de cuánto ajuste fiscal se necesita. Un aspecto crucial es reducir la deuda lo cual, junto con reformas fiscales, es necesario para que un país logre el grado de inversión y con ello grandes ahorros en el costo de la deuda externa. De esta manera, se liberan recursos para apoyar la reducción de la pobreza y el crecimiento inclusivo, de acuerdo con el informe.