La caravana de migrantes centroamericana que partió hace más de un mes rumbo a Estados Unidos llegó a la frontera mexicana – estadounidense, lo que ha provocado caos en los países del norte. Según reportaron medios internacionales, policía estadounidense ha utilizado gases lacrimógenos para repeler a la población, entre la que destacan niños y bebés.
Estamos dispuestos a dejar aquí la vida con tal de pasar”, comentó a la AFP Mario López, un hondureño que trataba de meter a su hija a través de un hueco en el muro de la frontera.
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La situación se salió de control cuando, cansados de estar en un albergue y a la espera de que se resuelva su futuro, un grupo de aproximadamente 500 centroamericanos se desprendió del grupo principal (se estima que el grupo ronda los 7000 miembros) y se dirigieron a la frontera, con el único objetivo de cruzarla. Los estadounidenses reprendieron con bombas lacrimógenas y el cierre del paso fronterizo.
En su cuenta personal de Twitter, el presidente estadounidense Donald Trump aseguró que una persona no nacida en Estados Unidos no tiene por qué recibir ayuda del gobierno.