Pero no es solo el caso de Costa Rica, sino en toda Centroamérica. Daniel Bañados, Presidente del comité organizador del congreso y miembro de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC) asegura que los centroamericanos piensan que no son vulnerables al terrorismo, pero esta situación es un hecho latente que puede afectar directamente a sus economía y la forma en como los ven desde afuera.
“En Centroamérica, operamos con sistemas de monitoreos detectivos y estos nos alertan de un hecho sospechoso luego de que la actividad inusual ya haya sucedido. Las tendencias nos están obligando a que tengamos que mudarnos hacia modelos preventivos. Hay que empezar a trabajar con minería de datos y a armar modelos que nos permitan anticipar las acciones”, afirmó Bañados.
“En el caso particular de Costa Rica, no hay forma de congelar cuentas ni de realizar ningún tipo de acción cuando se cree que se está realizando un movimiento de activos ilícitos, esto hay que cambiarlo y adaptarlo a las regulaciones internacionales,” agregó el experto de la ABC.
Uno de los principales motivos para aplicar regulaciones ante estas vulnerabilidades se da porque cuando un país aplica estas regulaciones, como es el caso de Panamá, quienes desarrollan estas actividades delictivas buscan otros países y regiones que no las tengan para atacarlas, por lo que el trabajo en cuanto a normativa y regulación debe ser aplicada en toda la región.
“Tenemos que preparar las instituciones centroamericanas para enfrentar ese tipo de situaciones”, agregó Bañados.
Según Global Financial Integrity, para el 2014 se registraron US$14 millones provenientes de lavado de dinero. Este monto, no solo proviene de narcotráfico, sino de otras fuentes como financiamiento del terrorismo, trata de personas, robos y extorción.
El caso panameño
En el 2014, Panamá entró en la lista gris del Grupo de Acción Financiera e incluso, países como Colombia lo incluyeron en su lista de paraísos fiscales, pero ¿cómo afecta esto al país?
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El primer efecto es que los bancos internacionales comenzaron a mirar a Panamá de una forma distinta y comenzaron a cerrar cuentas de los bancos panameños en Estados Unidos, lo que significa para un banco prácticamente la muerte en cuestiones financieras. Esto, también implica que el país recibe menos apoyo de entidades internacionales, como el Banco Mundial por ejemplo, por lo que genera mucho riesgo para el gobierno y la economía.
Sin embargo, los esfuerzos del país centroamericano han logrado que este sea menos vulnerable a este tipo de delitos.
En el caso panameño y centroamericano en general, los expertos apuntan a trabajar la estrategia nacional de riesgo: valorar las vulnerabilidades del país y plantear propuestas para blindarlas frente a posibles ataques.
Mientras los países centroamericanos tengan regulaciones que no compaginen con las del resto, se crearan deficiencias y a su vez, vulnerabilidades en el bloque; siendo estas fáciles de detectar para los atacantes.
La idea, aseguró Bañados, es que los países centroamericanos observen los resultados de Panamá y actúen para mitigar los efectos en la región.
Los hechos fueron expuestos en el marco del Congreso de Prevención de Lavado de Activos y Financiamiento al terrorismo, en donde se aclaró el panorama de la banca regional frente al estado de la seguridad y desarrollo preventivo.