Uber, una startup americana que conecta a conductores con usuarios desde una aplicación móvil, es el caso más popular de las crecientes tensiones entre los nuevos jugadores de la economía colaborativa y los servicios tradicionales. En la región el avance de este modelo es significativo, advierte el economista panameño, Adolfo Quintero, ya que Uber fue el inicio pero hoy incluso hay otras compañías que dan servicios similares.
Uber acelera su carrera en Costa Rica
El apetito por este modelo viene en doble vía. Para los conductores, es atractivo tener ingresos extra o convertirse en sus propios jefes. Mientras el usuario agradece la seguridad y transparencia, explica Paniagua.
Al margen de la ley
Pero no todo es color de rosa, y estos servicios se enfrentan a la falta de regulación. En Costa Rica el gobierno ha sido claro: “Uber es ilegal” afirmó el propio ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, y pese a que no tiene armas administrativas para bloquear el app, le declararon la guerra.
Del mismo mal padecen los vecinos, ya que según Juan José Cheng socio de Nassar Abogados, ya que no existe claridad en el marco legal sobre una autoridad capaz de regular servicios prestados desde aplicaciones digitales. Cheng también reconoce que al tener un alcance transnacional no necesariamente tienen representación legal en cada país, y esto complica la atención o resolución de reclamos.
¿Cómo reaccionan los taxistas panameños a la baja de precios de Uber?
“Estos servicios se saltan los procedimientos establecidos que más de 10000 transportistas han asumido para ofrecer un servicio de calidad” reclama contra Uber, el presidente de la Central Nacional de Organizaciones del Transporte en República Dominicana, Antonio Marte.
En el mismo país, Héctor Mujica, director general de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre, cree en cambio, que este tipo de servicios deben considerarse para ser regulados debidamente. De su lado Luis Rafael Pellerano, representante legal de Uber en el país caribeño, dice el servicio pagará sus impuestos de manera regular, sin ninguna ventaja o beneficio especial.
Uber, ¿competencia o socio estratégico?
Al debate, Paniagua agrega que ellos no vienen a quitar parte del negocio, según creen algunas industrias, sino que lo amplian porque el usuario es otro; son personas que hoy deciden dejar sus autos en casa para utilizar Uber, por ejemplo.
Finalmente Jorge García Partner & Lead Engineer de Icoms Technologies ve en estos servicios una plataforma para dinamizar la demanda y elevar la competitividad, aunque reconoce que en su país, Honduras, la inseguridad y desconfianza son los principales retos.
Uber está en 300 ciudades de 60 países, 34 000 chóferes y 12000 usuarios en República Dominicana, en Panamá cuenta con 4 000 usuarios y 2000 conductores y en México aporta 1,5% de cada viaje al gobierno gracia a un acuerdo que logró para legalizar el servicio en este país.