De acuerdo con información del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), los parques eólicos de Costa Rica generaron 11.5% de toda la electricidad que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) que se produjo el año pasado.
Según datos del Centro Nacional de Control de Energía (CENCE), la electricidad generada con viento en 2017 creció 12,28% en comparación con lo reportado en 2016. Asimismo, diciembre se constituyó en el mes con la producción eólica más alta, con 193 megavatios hora.
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Cabe resaltar que la primera nación de Latinoamérica que incorporó el viento a su matriz fue Costa Rica, en 1996. En la última década, aumentó la capacidad instalada de esta fuente en 545%, al pasar de 70 a 382 megavatios.
“Nuestro país se ha consolidado como líder en diversificación y administración de electricidad renovable. Una muestra es que el viento, una fuente variable, fue la segunda en aporte a la matriz el año pasado, lo que nos permitió dosificar otros recursos firmes, como el geotérmico y el agua de los embalses”, explicó Javier Orozco, director de Planificación y Desarrollo Eléctrico del ICE.
Actualmente, en el país hay 16 plantas eólicas, ubicadas en las provincias de Guanacaste y San José. De acuerdo a lo detallado, 13 de ellas son particulares, mientras las restantes corresponden a Coopesantos, Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) e ICE.
La energía eléctrica de Costa Rica se conecta cada vez más con las fuentes limpias: en los últimos cinco años, la participación de fuentes renovables pasaron de representar un 91,2% del total anual en el 2011, a un 98,2% en el 2016, según la recopilación de las Estadísticas de la producción de electricidad en los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) difundidas por la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL).
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En la evolución de la matriz, se evidencia que las fuentes renovables tienen cada vez un mayor voltaje. Ya para 2016 la energía eólica había mostrado un aumento en su generación en un 176%, al pasar de 414,5 GWh en el 2011 a 1.147,3 GWh.
Además, en ese quinquenio la energía hidroeléctrica tuvo un aumento de un 12,4%, seguida por la biomasa con 10,2% y la geotérmica con 4,6%, mientras la generación térmica tuvo un descenso de un 77,6%, al pasar de 863,3 GWh a 193 GWh.