El ranking ADEN de Competitividad para América Latina tiene por objeto conocer el posicionamiento competitivo de países latinoamericanos sobre la base de los 10 aspectos que se considera para evaluar competitividad-país: Cobertura de necesidades básicas, aspectos institucionales, infraestructura, estabilidad macroeconómica, salud, educación, expectativas de la población, competencia en los mercados, eficiencia en las relaciones laborales y acceso a la tecnología.
En el mes de abril se ha realizado una nueva estimación del ranking, cuyo resultado se observa en el siguiente cuadro:
Analizando cada uno de los diez aspectos involucrados en la medición y antes mencionados, los resultados revelan que en 2017 ha habido algunos cambios en las posiciones de liderazgo, aunque la mayoría de los rubros muestran el mismo “líder” que en mediciones anteriores.
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De acuerdo con las cifras obtenidas, se puede concluir que Chile continúa manteniendo el liderazgo del ranking, aunque desde 2013 su puntaje y ventaja sobre el resto del grupo se ha reducido. Sin embargo, su predominio persiste en materia de Cobertura de Necesidades Básicas y Acceso a la tecnología. Mientras tanto, se mantiene en puestos de avanzada y a escaso margen del líder en materia de Estabilidad macroeconómica, Expectativas de la población y Competencia en los mercados.
En segundo lugar se ubica Costa Rica, que desde la medición realizada en 2016 consiguió desplazar de esa posición a Panamá, aunque por muy escaso margen. Por otro lado, Uruguay se sitúa en cuarto lugar, también a poca diferencia de los dos anteriores, lo cual permite incluirlos a los tres países en un grupo identificado como de “muy buen nivel de competitividad país”.
México, por su parte, aparece en quinto lugar, a cierta distancia del puntaje de los anteriores. Una mejora en su puntaje en los últimos dos años le ha permitido tomar distancia del grupo que le sigue en el ranking y muestra un nivel de competitividad aceptable.
A continuación sigue un grupo de cuatro países que muestran escasa diferencia entre sí en puntajes: Perú, Colombia, Argentina y Brasil. Este grupo no existía con esta homogeneidad de puntajes en las estimaciones de 2012 y 2013, pero el ascenso de Colombia y Perú (y en los dos últimos años de Argentina), unido a la reducción en Brasil han permitido que se en la actualidad se encuentren en un reducido entorno de pocos puntos.
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Asimismo se observa un grupo de cuatro países, situados un “peldaño” más abajo, compuesto por Ecuador, El Salvador, República Dominicana y Paraguay, separados también entre sí por escaso puntaje. Si bien en anteriores estimaciones se había observado el acercamiento e integración de Paraguay a este grupo, en la presente ha vuelto a rezagarse.
En el grupo siguiente aparecen Honduras, Guatemala y Nicaragua, países que ya observan algunos retrasos competitivos más marcados, derivados de problemas de inseguridad, inestabilidad macroeconómica, aspectos institucionales e infraestructura. También en este caso las distancias entre los puntajes son pequeñas y las posiciones pueden variar en el futuro ante cambios en variables puntuales.
Finalmente, en el último grupo, con realidades económicas y sociales diferentes pero con problemas comunes de inestabilidad macroeconómica y problemas institucionales aparecen Bolivia y Venezuela, que permanecen en estos puestos desde el comienzo de las estimaciones del Ranking de Competitividad. Sin embargo, detalla ADEN, debe destacarse el avance de Bolivia (por mayor estabilidad macroeconómica y mejoras institucionales) y estancamiento de Venezuela (por su complicada situación institucional, alta inflación y retroceso de la actividad económica), lo que podía esperarse si se observaba la dinámica de las anteriores estimaciones.
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