Valeria Vásquez
Hasta mayo de este año Guatemala registró ingresos por US$2.897 millones por el concepto de remesas familiares, un incremento de casi 20% en comparación al mismo periodo de 2015. En Honduras, el panorama es menos alentador, ya que para marzo apenas registraban unos US$550 millones, y según estimaciones del Banco Central hondureño, la estimación de crecimiento anual sería de 6%.
Las diferencias se mantienen en el resto de los países. Para abril de este año, El Salvador registró un US$1,435 millones, un crecimiento de 6,8%. Nicaragua por su parte, con US$405,8 millones en remesas familiares, tuvo un incremento de 5,78 %, según datos los bancos centrales de ambos países.
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El panorama cambia cuando se habla de Costa Rica, pues este país no recibe tanto dinero como el que envía a sus países vecinos. Con US$64 millones enviados entre enero y marzo de este año, Costa Rica se posiciona como el segundo generador de remesas para su vecino del norte, solo superado por Estados Unidos que aportó el 55,9% del total.
Panamá por su parte, durante el año 2015 se ubicó como uno de los países que emitió más remesas al exterior por US$826,4 millones.
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Para Francisco Sorto, economista y docente del ISEADE-FEPADE en El Salvador, el tema de las remesas y su crecimiento en la región es algo natural debido a que Estados Unidos, el gran generador de remesas de la región, lentamente se va recuperando, sin embargo señala que lo correcto es vigilar el origen de éstas al ser parte del sostén económico un país.
Sobre este punto, el analista explicó que el problema de que las economías de la región dependan tanto del ingreso de remesas, y particularmente de un solo mercado, está en que se vuelven más vulnerables a cualquier cambio del país emisor.