De acuerdo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), los costes de transporte y logística son para Centroamérica son un obstáculo importante para el comercio, incluso de mayor envergadura que los aranceles. Cada día adicional que una mercancía está en tránsito añade un costo equivalente a un arancel de entre 0,6% y 2,3% (Hummels y Schaur, 2012).
Y es que el plazo medio para el despacho aduanero es 2,9 días, comparado con 1,7 en Asia Oriental y el Pacífico y 1,1 días de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Unificar las aduanas y fomentar el comercio entre regiones es una “cuento” que lleva años sin resolver. Y pese a las similitudes que tienen los países centroamericanos hay una gran cantidad de barreras en las fronteras para poder transportar de un país a otro, debido a que cada país tiene una forma distinta de hacer las cosas y poner en marcha sus procesos, las legislaciones.
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El Banco Mundial detalla que el país que tarda más tiempo, en el despacho logístico es Nicaragua, donde tanto el proceso de exportación e importación tarda un promedio de ocho días. A este le sigue El Salvador, al que le toma entre 2 despachar las exportaciones y 5 días las importaciones.
Panamá por su parte logra despachar en dos días su oferta al exterior, y en tres días recibe la compra de sus productos. A Guatemala y Honduras les lleva dos días en ambos procesos, y Costa Rica da el ejemplo de que un día es suficiente para exportar sus productos y dos para importar.
¿Qué retrasa el proceso?
Según Xiomara Hurtado, jefa de balanza comercial del Banco Central de Reserva (BCR) y catedrática de Iseade-Fepade, el 75% de los retrasos en los pasos de frontera a nivel global se debe a procedimientos inadecuados, y solo 25% es atribuible a infraestructuras insuficientes.
“Existe necesidad de mejorar las infraestructuras fronterizas y de aprovechar el potencial de las Tecnologías de la Información (TIC) y de otro tipo de soluciones tecnológicas, como las inspecciones no intrusivas, a través de escáner”, señala.
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El presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), Julio de la Lastra afirma que “es momento de anteponer las diferencias y dejar de lado nuestros egos porque una Centroamérica unificada es fuente de riqueza”.
Centroamérica no solo quiere incentivar el comercio interregional, señala, sino también lo necesita y para lograr esto es necesario modernizar los pasos fronterizos, agilizar los procesos de traspaso de mercadería y unificar aduanas.
“Un contenedor se demora un día entero en cruzar una frontera centroamericana, esto es una situación que afecta de gran manera el precio final del producto, ya que aumenta un porcentaje bastante apreciable por la ineficiencia de los pasos fronterizos, y esto no afecta únicamente a la carga, también a las personas que se mueven por otros medios, debido al “muy elevado” precio de los procesos”, enfatiza.
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Organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han insistido en que la falta de infraestructura y la inseguridad son un factor que perjudica el avance del comercio interregional en Centroamérica.
El Salvador es uno de los países con más atrasos en sus aduanas, por eso es uno de los que está más presionado a hacer cambios, como la modernización y agilización en las aduanas y unificar objetivos para que los resultados sean satisfactorios, señala Urtado.