Para Orlando Soto, gerente General de Grupo Financiero ACOBO, hay al menos cinco temas a los que el país debe dar prioridad para elevar su competitividad: el desarrollo de infraestructura, la reducción del costo de la energía, la eliminación de la tramitomanía, facilitar el acceso al crédito y la formación de mano de obra.
Las advertencias de Soto no son preocupaciones nuevas para Costa Rica, e incluso se han convertido en los argumentos de algunas empresas para trasladar sus operaciones a otros países, tal fue el caso de la empresa textil Rawling o la costarricense Alimentos Jack’s en 2015.
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Desde la óptica de Soto, para lograr atender las necesidades relacionadas a la mejora de la competitividad el país debe solucionar el problema fiscal, pues en busca de reducir el crecimiento de los gastos totales del gobierno, las distintas administraciones en el poder han sacrificado el rubro de gastos de capital, es decir, las inversiones en obra pública, reduciendo así los recursos disponibles para el desarrollo de obras como carreteras, puertos y aeropuertos, entre otros.
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A esto se le suma el comportamiento reciente en el tipo de cambio tanto nominal como real y el nivel de las tarifas de los servicios públicos, factores que también han afectado el nivel de competitividad del país.
“Las políticas públicas deben guiar el camino a seguir y considerar en el proceso las necesidades que enfrenta el sector privado, por ejemplo, instituciones como el INA y las universidades juegan un papel relevante en la formación de personal apto para enfrentar las nuevas realidades del mercado laboral”, agregó Soto.
El peso de los inversionistas
Según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR) durante el año 2015 ingresaron a la economía costarricense US$2,8 millones por concepto de IED. Este ingreso permitió al país financiar 100% del faltante de la cuenta corriente, el cual ascendió a 4.0% del Producto Interno Bruto (PIB) el año anterior.
Del monto total de IED que ingresó al país en 2015, la mayor parte se destinó al área de servicios, seguido de la inversión en manufactura y agricultura. Como resultado, el sector servicios experimenta tasas de crecimiento, medidas a través de la variación en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), superiores al promedio de la economía.
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Analistas de Acobo, consideran que Costa Rica aún se mantiene como un país atractivo para al IED y señalan que las principales ventajas competitivas del son su estabilidad política, su seguridad jurídica, la disponibilidad de mano de obra calificada y contar con un Régimen de Zonas Francas. No obstante, todavía se tienen muchas falencias que deben ser corregidas para elevar los flujos de IED.