Alejandro Marín
Entre 2005 y 2010 Internet representaba entre el 1,7% y el 6,3% del PIB de las economías avanzadas, con un crecimiento promedio del 21%. La parte más significativa en estos países es el consumo privado.
Así lo recalca el estudio “La nueva revolución digital: de la Internet del consumo a la Internet de la producción” de Cepal, que además advierte que los usuarios de Internet a nivel mundial se han duplicado desde 2003 a la fecha.
Para 2014 los usuarios de Internet representaron el 50,1% de la población, y existían más de 700 millones de conexiones a telefonía móvil.
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Por otro lado, la mayoría de los proyectos que se prevén serán imprescindibles para un desarrollo óptimo en el próximo lustro, advierte el estudio, requieren anchos de banda entre los 38 y 74 Mbps. La manufactura avanzada, la educación y la capacitación, las tecnologías de la salud y el monitoreo del clima y de los aviones, están entre estos proyectos.
El negocio de la conexión
La publicidad en línea, las redes sociales, la automatización de procesos y las plataformas digitales impulsaron el crecimiento de las ventas de comercio electrónico en 2014, que superaron los US$1.300 millones. Además, estas facilidades reducen los costos de búsqueda y estandarizan los precios a escala mundial.
En 2013, el comercio mundial de equipos de procesamiento de la información generó US$441.000 millones. México es el único país latinoamericano entre los diez mayores exportadores, con US$17.500 millones y una cuota de mercado del 4%. Costa Rica es el segundo a nivel latinoamericana en cuota de mercado con un 1%.
En contraste, el sector de la seguridad, el transporte y las redes limpias de energía son menos demandantes, mientras que el video interactivo en 3D supera el ancho de banda (se calcula que ocupará entre 77 y 148 Mbps).
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Para la educación, el sector que representa la mayor parte de las plataformas móviles, se han incrementado los cursos a distancia y el uso de materiales multimedia. En el área de la salud, los servicios digitales permiten seguir remotamente a los pacientes. En el sector agrícola, la información sobre el mercado y el clima posibilita una mayor competitividad. Para los servicios financieros, se está potenciando el uso de dinero móvil.
También se reconoce que las pymes que invierten en tecnologías digitales alcanzan un mayor crecimiento en los ingresos, empleos y capacidad exportadora y de innovación. Por ejemplo, mediante una plataforma digital, los pequeños comerciantes radicados en Chile vendieron en 28 países, mientras que quienes lo hicieron por los medios tradicionales solo llegaron a 3 países.