Redacción
En su estudio “Destrezas más allá de la escuela” la OCDE destaca el papel primordial que la Educación Técnica y la Formación Profesional (ETFP) tiene en la agenda política y el buen trabajo hecho por el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA).
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Sin embargo, la investigación marca también algunas deficiencias. Entre ellas, la necesidad de cooperación entre el INA y el Ministerio de Educación Pública para la óptima formación de profesionales adecuados al mercado actual y futuro.
Para esto, se sugiere la elaboración de programas de estudio que cubran las necesidades de las empresas o los puestos de trabajo y la homologación de competencias laborales. Algunos de los planes de estudio de estos centros son lo bastante rígidos como para no permitir ser adaptados totalmente por los Colegios Técnicos Profesionales y los Centros de Formación.
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Asimismo, la demanda del mercado laboral en cuanto a calidad y cantidad no es idéntica a los profesionales formados por los servicios de ETPF. Por esta razón, aunque representan el 13% de los graduados universitarios, no hay suficientes técnicos para cumplir con la demanda laboral.
Ambas instituciones educativas han implementado comisiones que revisen los servicios brindados con el fin de desarrollar estrategias para su mejoramiento.
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Algunas de estas estrategias son la creación de un cuadro calificador que permite equiparar las competencias, además de la iniciativa de la educación dual (en el centro de enseñanza y en el medio de trabajo) y la facilitación del intercambio de información entre ambos centros.