Esta situación es determinante en la explicación de la creciente desigualdad y el estancamiento de la pobreza en el país. Y es que de acuerdo con los últimos informes del Estado de la Nación la estructura y dinámica del mercado laboral sigue mostrando enormes debilidades en cuanto a la generación de oportunidades de trabajo.
Las tendencias demográficas tienen un fuerte impacto en la menor incorporación de nuevas personas a la fuerza de trabajo y las condiciones del mismo mercado desalientan la participación de los grupos de población en edad productiva, es decir, se contraen las tasas de participación laboral y crece el número de personas inactivas).
Asimismo, datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2015 arrojan que con respecto al alto incumplimiento que se da en el país en el reconocimiento de las garantías laborales como el aguinaldo, días pagos por enfermedad, vacaciones pagas, seguro de riesgos del trabajo, pago de horas extra y aseguramiento ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), solo un 39% de los trabajadores asalariados disfruta de todas las garantías mencionadas.
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Por otra parte, el desempeño de la producción es otro factor determinante en la generación de oportunidades, pero en Costa Rica el moderado crecimiento del aparato productivo no está ayudando en ese sentido. La capacidad del mercado para crear puestos de trabajo es inferior a la cantidad de personas que ingresan a la fuerza laboral. La tasa de desempleo viene creciendo desde inicios de 2014 y en la actualidad supera el 9%.
El más reciente Informe Estado de la Nación afirma que hay tres rasgos fundamentales característicos del mercado de trabajo actualmente en Costa Rica. Uno de ellos se debe a que las nuevas opciones laborales están concentradas en un segmento reducido de la población que posee las destrezas educativas que demanda el mercado.
Adicionalmente, se necesitan ritmos de crecimiento económico sostenidos que permitan brindar oportunidades a los distintos grupos, especialmente a los menos calificados y el análisis de la matriz de insumo-producto muestra que la estructura productiva no tiene el potencial para generar altos niveles de empleo en los próximos años.
Cabe destacar que Costa Rica requiere acciones urgentes en materia de oportunidades. Para reducir la desarticulación entre la producción y el empleo, el país debe elevar la calificación educativa y técnica de la oferta laboral. Esto no solo permitiría mejorar los ingresos de los ocupados, sino que además reduciría la brecha de productividad entre los sectores más dinámicos y los tradicionales, y fortalecería la capacidad de innovación de las empresas domésticas.
Análisis por sector
Según datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el número de ocupados se contrajo desde inicios de 2014 y hasta mediados de 2016. Desde mediados de 2014 el empleo en el sector terciario, conformado por todas las actividades comerciales y de servicios, muestra una tendencia decreciente. Por ejemplo, en el segundo trimestre de 2014 ese sector contaba con 1.477.033 trabajadores, y dos años después la cifra se redujo en 110.524 personas.
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Además, los sectores que más contribuyen al crecimiento de la economía no muestran una alta capacidad de absorción de mano de obra. Entre 2013 y 2015, las seis actividades que explicaron el 85% de la expansión económica tan solo fueron responsables del 37% del empleo.
Desde este punto de vista destacan las actividades profesionales, científicas y técnicas, cuyo dinamismo aportó un 20% del crecimiento de la producción total en el mismo período, pero generó apenas un 3,2% en el empleo. De hecho, a lo interno de la mayoría de los sectores, mientras la producción crece, el empleo decrece. Tal es el caso de las actividades de información y comunicaciones, que se incrementaron en un 7,4% en promedio entre 2013 y 2015, pero perdieron un 2,3% de participación en el empleo.