Amanda Rodas
Llegó a la cita el lunes acordado a las 10 de la mañana en punto. Vestía muy elegante y con accesorios distintos a los que estamos acostumbrados a ver en un empresario: la pulsera de fabricación artesanal que lucía en su muñeca derecha le imprimía un aire universitario.
Se sienta a la mesa en la sala de reunión y comienza a hablar de sus muchos años de esfuerzo, en los cuales ha podido construir, junto a su padre Ricardo Poma y todo un equipo de trabajo, lo que conforma hoy en día el grupo hotelero más grande de Centroamérica y algunos otros países de Latinoamérica, bajo la marca Real Hotels & Resorts. Junto a él se encuentra su grupo más cercano de trabajo, sus ejecutivos de confianza.
Relajado y puntual, así es Fernando Poma, una de las cabezas del conglomerado de Grupo Poma.
Fernando parece gravitar entre dos extremos: por un lado, disfruta de la adrenalina viajando en moto en sus ratos libres, tocando guitarra o volando en helicóptero; y, por el otro, se enfoca en edificar un negocio. Pero todas estas actividades dice realizarlas bajo una misma filosofía, “hacer las cosas bien”.
“Es tan importante poder decir que no. La mayoría de errores empresariales ocurre cuando se emprenden proyectos en los cuales las estrellas no están totalmente alineadas”, responde a manera de explicación de su propia filosofía.
Tres hoteles por año, la meta. Ahora Fernando dirige 22 hoteles propios en 10 países. Las mayores inversiones están en Costa Rica, en lo que respecta a Centroamérica, ahí se encuentran los hoteles InterContinental de San José, con 372 habitaciones, el JW Marriott Guanacaste Resort & Spa, con 310 habitaciones, y el Quality en San José, con 153 cuartos. Ese país cuenta con más de 2.500 hoteles, entre pequeños y grandes, según el Instituto Costarricense de Turismo.
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