Juan Manuel Fernández C., desde Japón
Durante cinco días y una jornada final de 30 horas, los 187 Estados miembros de la ONU acordaron la nueva agenda de desarrollo post-2015, para la reducción del riesgo de desastres.
Luego de superar una década que dejó por lo menos 700 mil fallecimientos por desastres en todo el globo, y costos por daños de hasta US$1.4 billones, representantes de Estado se comprometieron mediante la Declaración de Sendai a una reducción sustancial de la mortalidad mundial de desastres.
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Nuevos compromisos. A ello se suman compromisos como reducir, en igual medida, el número de personas afectadas; las pérdidas económicas en relación con el PIB mundial; y los daños del desastre a la infraestructura crítica y la interrupción de los servicios básicos, incluidos los servicios de salud y educación.
El texto también incluye compromisos como aumentar el número de países con estrategias nacionales y locales para la reducción del riesgo de desastres para el año 2020; una mayor cooperación internacional; y un mayor acceso a múltiples sistemas de alerta temprana e información del riesgo de desastres y evaluaciones.
Foros como la próxima Conferencia de las Partes sobre cambio climático, COP 21, a realizarse a finales de este año en París, tendrán este marco como punto de referencia. Mas, para implementarlo, según Margaretta Wahlström, jefe de la UNISDR, “será necesario un fuerte compromiso y liderazgo político” de parte de los estados.
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Gobernanza y reconstrucción, principales nortes. Los delegados fijaron cuatro prioridades de actuación que apuntan a una mejor comprensión de los riesgos, el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres, mayor inversión y la preparación para desastres más eficaz. En esta última, se enfatizó en la necesidad de mejorar la recuperación, rehabilitación y reconstrucción ante desastres.
A la Conferencia Mundial en la ciudad japonesa asistieron más de 6.500 participantes, entre ellos 2.800 representantes de los 187 países miembros.