De acuerdo a reportes del Banco Central de Reserva (BCR) de enero hasta julio de 2018, el país ha pagado un total de US$936.1 millones en concepto de importación de productos derivados del petróleo: gasolinas, keroseno, diesel, gas propano, entre otros. Este monto representa un 24.4% más alto que el de hace exactamente un año, cuando pagó un total de US$752.2 por los mismos productos.
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Es decir, este año el país ha pagado US$183.9 millones más por un volumen menor. Según la entidad, el aumento en la factura de los productos más importantes ha sido: en gasolina US$83.4 millones, en diésel US$78.5 millones, keroseno para motores de reacción, US$14.1 millones; gases licuados, US$32 millones y gas propano y de otros productos US$5.3 millones,. Del total de importaciones de los derivados del petróleo que ha hecho el país en lo que va del año, son las gasolinas y el diesel los que más pesan del total de compras.
De acuerdo a la entidad, este incremento en la factura petrolera se debe al continuo aumento del precio a nivel internacional, que no ha parado debido a las políticas adoptadas por los países productores de petróleo.
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Otro factor que ha propiciado esta alza en la factura petrolera ha sido el aumento del parque vehicular, que ya superó más de un millón de vehículos el año pasado y sigue en aumento.
En el sector energético, las empresas han ido diversificando su matriz, pero la dependencia del combustible (fuel oil o búnker) sigue siendo importante aunque los números muestran una reducción significativa de este recurso. En 2017 el país pagó un total de $73.9 millones, pero ahora ese pago se redujo a $56.6 millones.
El Salvador toma como referencia de precio internacional del petróleo de Texas WTI. La factura petrolera representa, este año, el 13% del total de las importaciones que ha hecho el país. El año pasado representaba un 12.5%, según las estadísticas del Banco Central