Marcela Jiménez
La sangre chilena de Baeremaecker la hizo apasionarse por el vino desde muy joven, cuando en el último año de su carrera universitaria descubrió el amor que sentía por la enología.
Comenzó tomando cursos y haciendo prácticas de vendimia, hasta que el destino la llevó a Concha y Toro, hace más de 18 años. Desde el 2006, Baeremaecker forma parte del equipo de Don Melchor, un Cabernet Sauvignon tradicional de la viña.
Según explica, todo buen vino debe expresar la variedad de los sabores que lo conforman, pero sobre todo, debe expresar la identidad y la personalidad del viñedo que lo produce.
¿Qué puede significar ofrecer vinos en una reunión de negocios?
El vino es algo especial. Detrás de una botella de vino hay una identidad, hay una expresión de un lugar específico y, sobre todo, hay una expresión de una fruta que es especial, que te ofrece algo distintivo.
Con tanta variedad, ¿cómo se ha transformado el protocolo de servir vinos en las reuniones de negocios?
Principalmente, en una reunión de negocios buscas un vino fino, de un portafolio premium o super premium, que tenga una consistencia enológica y una tradición. Se recomienda utilizar cepas tradicionales, por ejemplo un Cabernet Sauvignon es un vino que en una reunión te puede ayudar a cerrar un negocio.
Si un ejecutivo decidiera hacer su propia cava, ¿qué consideraciones debería tomar en cuenta para hacerlo?
A la hora de hacer una cava, lo más importante es tener las temperaturas y las condiciones necesarias para poder guardar el vino y que este evolucione bien con el tiempo. En este sentido, se debe procurar que la humedad no sea muy alta, tiene que ser un lugar limpio y con una luz controlada. Asimismo, es importante que la cava mantenga una temperatura baja, por lo que debe construirse en lugares más subterráneos y la posición de las botellas debe ser horizontal.
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