El debate presupuestario arrancó una vez más en Costa Rica. Mientras el proyecto de Ley del Presupuesto Nacional 2016 contempla un nivel de gastos 4,7% mayor con respecto al plan del 2015, expertos alzan la voz al considerar que los ingresos presupuestados no son suficientes para cubrir los gastos esperados, generando un nivel de endeudamiento del 49%.
En septiembre, el Gobierno presentó ante la Asamblea Legislativa su propuesta de gastos para el próximo año. Este cierra en un monto de US$14.791 millones aproximadamente, de los cuales un 75.4% corresponden a gastos corrientes (adquisición de bienes y servicios, salarios y transferencias), un 19,5% para transacciones financieras (amortización de la deuda) y un 5.1% a gastos de capital (inversión en infraestructura).
Del total del presupuesto 2016, el 54% será financiado por los ingresos procedentes de los diferentes impuestos, mientras el 46% se originará mediante deuda, según explica el mismo proyecto de ley. Esta práctica es calificada por la firma financiera ACOBO como no saludable.
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“Para que el Gobierno pueda cumplir con casi la mitad de sus gastos el próximo año, deberá pedir prestado ese dinero a organismos internacionales o a inversionistas. El problema no es que el Gobierno pida prestado para financiarse, sino el uso que le dará a esos recursos”, cita la firma en un comunicado.
Pero adicionalmente Acobo sustenta que este presupuesto no resta presión sobre el déficit fiscal actual, “sino que propicia un nivel de endeudamiento mayor para el país”.
Tendencia a endeudarse
Según muestra el Ministerio de Hacienda dentro del proyecto de Ley, “la tendencia ha sido financiar el déficit fiscal, situación que, en un periodo de 8 años, ha hecho que la deuda del Gobierno de la República se incremente aproximadamente el doble, pasando de 24,7% en el 2008 a 49,6% en el 2016”.
En esta línea, Hernán Varela, Jefe de Estrategia de la firma Aldesa, aclara que si bien el presupuesto de 2016 podrá cumplirse, debido a que el Gobierno puede endeudarse internamente, “los efectos de ello serán sentidos sobre las tasas de interés a nivel local”, comentó.
Sin embargo, la preocupación para Acobo es que los recursos del endeudamiento se estarían utilizando para pagar gasto corriente, “que no vendría a aliviar la situación negativa que viven las finanzas públicas del país. Diferente sería si los recursos provenientes del endeudamiento se utilizaran para realizar inversión en obra pública”, señaló Orlando Soto, gerente general de Grupo Acobo.
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Del total, sólo un 5% será destinado a la inversión en infraestructura. Para los expertos, el endeudamiento sería razonable si se gastara más en inversión, pues “se ayudaría a reducir los problemas de competitividad que aquejan al país, aunque esto se ve poco viable, políticamente al menos”, sostuvo el estratega de Aldesa.
La ruta de los expertos
Para el gerente de Acobo, “lo más acertado hubiera sido moderar más el crecimiento en los disparadores del gasto e intentar disminuir también el gasto en los distintos ministerios”.
Del otro lado, Varela apuntó que “hay rubros donde el margen para reducir el gasto es pequeño y tampoco es conveniente hacer un presupuesto muy austero que afecte el crecimiento económico. En virtud de lo anterior, lo ideal sería mejorar la eficiencia de tales gastos, para hacer las finanzas del gobierno más sostenibles en el tiempo”.