El Jefe de la Misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) Fernando Delgado, quien ha estado en Nicaragua para hacer una evaluación de la economía, destacó que actualmente es un país con alto crecimiento dentro de la región Centroamericana y de América Latina y el Caribe, gracias a un modelo exitoso que se fundamenta en la captación de inversión extranjera, aumento de la competitividad y buen manejo de la estabilidad macroeconómica
“Yo creo que Nicaragua encaja perfectamente como un país de alto crecimiento dentro de la región centroamericana y en general en toda Latinoamérica, con un modelo que ha sido exitoso durante los últimos cinco, diez años, basado fundamentalmente en la atracción de inversión extranjera, en una competitividad cada vez mayor con respecto al mercado norteamericano, que es el principal cliente de exportación y una estabilidad macroeconómica que ha sido realmente encomiable”, expresó Delgado.
Las cifras logradas por Nicaragua en el 2016, son muy buenas, incluyendo el crecimiento del 4.7 %, así como también la estabilidad de los precios del 3.1%, el decrecimiento del déficit de la balanza por cuenta corriente del PIB del 9% al 8.5 % y un déficit fiscal que se ha mantenido estable con un ligero incremento del 2 al 2.4%.
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No obstante, el FMI se ha mostrado preocupado por la situación del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), entidad que inició este 2017 con la necesidad de un fuerte aumento de financiamiento al situarse su déficit de efectivo global en US$ 642,560 millones, según datos del Banco Central de Nicaragua.
El año pasado, en el marco de las consultas dentro del marco del Artículo IV, un examen económico anual al que deben someterse los países socios de este organismo, el FMI estimó que el INSS sería solvente hasta el 2024, pero en la revisión de este año, recortó su previsión al 2019, es decir dentro de casi año y medio.
Por lo tanto, el FMI recomendó al Gobierno la combinación de una dura receta para salvar al INSS, que incluye medidas drásticas como aumentar la edad de jubilación (actualmente es 60 años), aumentar la cotización patronal, que el gobierno asuma gastos, incrementar el aporte mensual de los trabajadores, así como elevar las semanas cotizadas mínimas para obtener una pensión.
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El aumento exorbitante de los gastos administrativos y la caída de los ingresos provenientes de inversiones han deteriorado aún más las finanzas del Seguro Social, el que también está sometido a presión por aumento en la demanda de sus servicios por parte de pensionados y contribuyentes. En 2013 se aplicó una reforma paramétrica que busca extender su solvencia hasta 2031.
Del Seguro Social hasta el año pasado dependían 215,124 pensionados, incluidos los de víctimas de guerra, así como 857,219 cotizantes, para un total de 1,072,343 nicaragüenses.