Inicialmente, la hidroeléctrica Tumarín sería construida y gestionada por la empresa Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), consorcio brasileño-nicaragüense en la cual está involucrado las compañías Queiroz Galvão y Petrobras, señaladas en escándalos de corrupción en Brasil. Ante la situación, los sudamericanos congelaron los fondos de las empresas vinculadas y con ello el desarrollo del proyecto se vio frenado.
Dudas sobre hidroeléctrica Tumarín no frenan proyecto
Según el Ministerio de Energía y Minas de Nicaragua se requiere una inversión superior a los US$1,200 millones para concluir la construcción de la hidroeléctrica Tumarín, que usaría las aguas de varios ríos para generar 253 megavatios a partir 2018.
Ante los escándalos en Brasil, la paraestatal Alba de Nicaragua busca socios en Rusia, China e Irán para construir la que sería la represa más grande de América Central y generaría un tercio de la energía requerida por el país, lo cual permitiría a Nicaragua convertirse en el principal exportador de energía eléctrica en la región centroamericana.
Nicaragua: La promesa de Tumarín