Por Fany Alvarenga
Para el presidente Juan Orlando Hernández, el 2014 cerró cargado con decenas de giras de promoción, emisiones de leyes, anuncios de nuevas inversiones y proyectos jamás vistos en la historia de Honduras. El fin era sentar las bases jurídicas y de atracción de negocios impulsados por extranjeros.
Ahora, el Gobierno afronta una enorme presión que afianzará su credibilidad, si muestra los resultados tangibles de sus políticas que beneficien al sector empresarial y social, abrumados por la delincuencia y la falta de crecimiento acelerado.
Aunque los hombres de negocios mantuvieron buenas relaciones con el presidente Juan Orlando Hernández, la duración de la luna de miel dependerá de que el mandatario resuelva algunas de las tareas pendientes y desarrolle cabalmente los temas de la agenda política que marcarán la economía este año.
Una pesada carga. Entre los compromisos pendientes destaca la simplificación de trámites, que ha sido una de las dificultades para despegar aceleradamente la competitividad hondureña. Los empresarios mencionan que abrir un negocio es fácil, las dificultades se registran al momento de conseguir una licencia ambiental, algunos registros y poner a operar la compañía.
En el caso de los registros sanitarios, son los más caros y los más ineficientes de Centroamérica, menciona la presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Aline Flores. Sin embargo, al cierre del año, a través de la iniciativa Reingeniería del Proceso de Licenciamiento Ambiental, se busca corregir esta deficiencia con la promesa de que de los 24 meses, que era el tiempo promedio para iniciar un proyecto, el país necesitará apenas 1 día.
Como segunda tarea señalan los altos costos por inseguridad. Se tiene pendiente reducir aún más los niveles de inseguridad, porque encarecen las operaciones empresariales. En los últimos gobiernos, las finanzas de las empresas y microempresas fueron agobiadas por el alto costo que les produce la extorsión.
Por otro lado, las empresas deben invertir más en compañías de seguridad para proteger su mercancía. No obstante, el economista Guillermo Altamirano señala que el Gobierno no lo va a hacer todo solo, sino que necesita la participación de los ciudadanos y los empresarios para reducir el flagelo.
Otro problema que quedó pendiente es la reducción del déficit fiscal. De acuerdo con los analistas, un alto endeudamiento a la larga obliga al Estado a seguir incrementando impuestos, lo que afecta a las corporaciones y la población en general. El último paquetazo fiscal recetado en el 2013 afectó los bolsillos empresariales en el 2014, la meta del Gobierno era cerrar el 2014 con -5,2% del PIB, es decir más de US$1.000 millones. En el 2013, el déficit fue de -7,9% (más de US$1.400 millones).
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