Uno de los aspectos administrativos más importantes es el desarrollo de la fuerza laboral; es decir ayudar a que los colaboradores mejoren sus habilidades e incrementen sus conocimientos. Entre las causas para que las empresas no inviertan es el temor de invertir en un empleado que eventualmente abandonará la compañía.
Natalia Romero, experta en recursos humanos expresa que la retención del cuerpo laboral es un gran reto para cualquier empresa, pequeña o grande y que poner en práctica un programa de desarrollo laboral puede disminuir dicho desafío. Al invertir en su avance profesional, los empleados se sienten valorados por la organización y los motiva a continuar y crecer dentro de la misma.
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Según estudios realizados, los empleados leales son más comprometidos, tienen mayor motivación, son más productivos y requieren menos supervisión. Además, el desarrollo laboral entrena a los empleados actuales y los prepara para ser promovidos dentro de la compañía.
Empleados seguros, leales y entrenados tendrán un mejor desempeño laboral a la larga, propondrán nuevas ideas y contarán con las herramientas necesarias para ejecutarlas; por ende, serán más eficientes y competentes. Esto conllevará a la reducción de costos dentro de la organización y se evitarían gastos de reclutamiento, los cuales pueden llegar a ser excesivamente altos.
El entrenamiento profesional no necesita ser una tarea costosa y elaborada. Es más que todo un asunto de que los gerentes se tomen el tiempo de entender a sus empleados, reconocer sus habilidades y necesidades, y guiarlos para llenar esos vacíos. Los empleados son el activo más importante de cualquier compañía; invertir en su entrenamiento y desarrollo puede ser crucial para el futuro éxito de la organización.
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