La llegada en 1996 a Costa Rica de la fábrica de microprocesadores de Intel, generó un impacto positivo en la historia económica de Costa Rica que se mantiene hasta el día de hoy. La decisión de la empresa, en ese momento, creó un efecto de arrastre para atraer a otras empresas de alta tecnología, enfocadas en de dispositivos médicos, biotecnología, farmacéutica y electromédicos.
“Hay un antes y un después de la llegada de Intel a mediados de los 90`s al país, la empresa puso a Costa Rica en el mapa y fue el que vino a descubrir el talento humano y el potencial que tenía el país pudo sacar provecho de ellos”, expresó, Jorge Sequeira, director general de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE).
A pesar de que el sector agrícola sigue liderando las ventas al exterior de Costa Rica, abarcando el 29% de las exportaciones del país en el segundo trimestre de 2016, el sector de equipo de precisión y médico le pisa los talones; ubicándose como la segunda rama con mayores ventas, lo que además significó que ganará siete puntos porcentuales en la estructura de las exportaciones, pasando de representar 17% en el primer semestre de 2014 a 24% en el mismo período de 2016.
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Al segundo trimestre de 2015, este sector registró un crecimiento destacable de 30,4% superando a todos los demás sectores, mientras que en el mismo periodo de 2016 hizo lo propio con un crecimiento de US$192,6 millones, es decir, un 18,3%. Es así como Costa Rica se ha convertido en el segundo mayor exportador de estos insumos en América Latina y se ubica entre los mayores siete suplidores del mercado de Estados Unidos.
El subsector de ciencias de la vida cerró el 2015 encabezando el total del valor exportado, alcanzando los US$2.200 millones, y CINDE tiene proyecciones para el 2020 llegue a unos US$5.000 millones. A la fecha Costa Rica alberga a unas 60 empresas de este sector, donde trabajan unas 19,000 personas.
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El atractivo para la industria
El talento humano con un nivel de educación alto, una plataforma de comercio exterior amplia gracias a los Tratados de Libre Comercio (TLC) con aproximadamente las dos terceras partes del mundo, aunado a un régimen de zonas francas que da gran competitividad al país, así como una ubicación geográfica privilegiada, destacan como los aspectos más relevantes por los que las empresas de la industria médica buscan instalarse en el país.
A esto se suma el apoyo de la empresa privada con la construcción de parques empresariales que han permitido que vengan estas empresas a instalarse en Costa Rica en áreas de clase mundial con una infraestructura adecuada, así como tecnología de comunicaciones, las cuales se han convertido en piezas claves del país.
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“La belleza de Costa Rica, su estabilidad política, los incentivos a nivel financiero, además del hecho de que el país tiene las bases y el talento para el desarrollo del sector indican que Costa Rica va hacia un periodo de gran crecimiento”, menciónó, Kristin Pothier, partner and managing director, Global Head Parthenon-EY Life Sciences.
Tareas pendientes
Pese al éxito que ha cosechado Costa Rica como destino de inversiones del sector de alta tecnología; y como proveedor global de este mercado, hay algunas alertas sobre la pérdida de competitividad.
La noticia de Intel de cerrar su planta de manufactura en el país en 2014, argumentando altos costos sobretodo por el precio de la electricidad, es una de las alarmas que debe atender el país.
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Aunado a esto, está el tema de seguir invirtiendo en capital humano, ya que existe una necesidad latente de gente estudiando química e ingenierías, además de la importancia de contar con un segundo idioma. Asimismo la infraestructura vial está generando problemas para la competitividad del país.