De acuerdo con el Doing Business 2016, del Banco Mundial (BM), República Dominicana es una de las 15 principales economías en el índice de facilidad de hacer negocios en América Latina. En las últimas décadas, el país también ha transformado su base económica y ha diversificado sus exportaciones.
Entre las asignaciones pendientes que la entidad resalta, orientadas a mejorar los índices de crecimiento de la isla, están:
Pobreza
El país no ha logrado importantes mejoras en el bienestar. De acuerdo con un estudio del BM, la pobreza aumentó de 32% en 2000 a casi el 50% en 2004, como consecuencia de la crisis financiera y económica de 2003, antes de la disminución gradual al 41% en 2013, y una brusca caída en los últimos dos años hacia tasas prevalecientes en el año 2000.
Impulso de la creación de empleo
Los sectores como manufactura han crecido a un ritmo lento en los últimos años, por ejemplo las telecomunicaciones y la minería, sectores que tienden a generar menos puestos de trabajo. Desde el año 2,000, una gran parte de los puestos de trabajo creados en las industrias ha sido poco cualificados y más bajos de productividad en el sector informal.
Además, como resultado de la crisis de 2003, los salarios reales se redujeron en un 27% y no se han recuperado, aún cuando la productividad laboral ha aumentado significativamente en los sectores de mayor crecimiento.
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Política equitativa, transparente y sostenible
Se han dado pasos importantes para fortalecer la transparencia fiscal y la gestión de la deuda desde 2013. La proporción de los ingresos sobre el PIB (menos del 14%, en promedio, los últimos 4 años) es una de las más baja en la región, y el sistema tributario se basa en gran medida de los impuestos indirectos, que tienden a ser menos progresivos. En cuanto al gasto, los desafíos clave incluyen la financiación suficiente de los servicios públicos básicos como el agua y el saneamiento.
Por otro lado, la educación de calidad, la salud y el fortalecimiento de los sistemas públicos de gestión financiera, continúan siendo prioridades básicas para una política fiscal eficiente y transparente, de acuerdo con el BM.
Mejora de los servicios públicos
A pesar de las medidas adoptadas por el país orientadas a mejorar la cobertura de las redes de seguridad social y la focalización y transparencia de la educación y la salud, los esfuerzos no han sido suficientes, y el acceso a los servicios públicos sigue siendo desigual y, por lo general, de baja calidad, sobre todo para las personas más pobres.
Según el BM, un mejor manejo de los programas, el seguimiento y la evaluación, junto con incentivos como la financiación basada en los resultados, podría ayudar a mejorar estos servicios.
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Sin embargo, no todo es negativo. La isla tuvo una tasa de crecimiento medio del PIB real del 5,4%, entre 1992 y 2014. Además, sigue siendo la economía más rápida en la región, con un PIB real que se sitúa en el 7%.
El BM detalla que el reciente crecimiento ha sido impulsado por la construcción, la manufactura y el turismo. Por el lado de la demanda, el consumo privado se ha fortalecido como resultado de una inflación baja (por debajo del 1%, en promedio, en el 2015), la creación de empleo, así como el alto nivel de remesas.