Juan José López Torres
La aprobación de la Ley de Tarjetas de Crédito que hizo el Congreso de Guatemala en noviembre pasado para regular, entre otras cosas, el cobro de intereses y el acoso a los tarjetahabientes, abrió la posibilidad para que los nuevos medios de pago móvil encuentren un terreno para extenderse.
De acuerdo con Vladimir González, director de Negocios en Tech4Mobile, la industria financiera del país pasará un proceso de transformación en los próximos cuatro años porque “la tecnología y los nuevos medios de pago están empujando el cambio para que se rompa ese modelo que ya no es sostenible”.
Ser un modelo de negocios que data desde hace 30 años y enfrenta algunos problemas como la clonación, le hacen suponer que los pagos mediante celulares brindarán más beneficios, en parte, por sus características tecnológicas y por los costos marginales de la red de telecomunicaciones.
¿Qué provocará la nueva ley de tarjetas de crédito en Guatemala?
Frente a ese planteamiento, las instituciones bancarias están expuestas a dos escenarios: mantener la postura o cambiar el modelo para tomar la ventaja frente a sus competidores, tal como lo ha hecho Citibank con la creación del CITI Mobile Challenge, que promueve el desarrollo tecnológico que facilite y acelere sus operaciones, en lugar de apartar tiempo para ello.
Ya que la adquisición de una tarjeta de crédito es rigurosa, requiere de infraestructura propia -como los dispositivos de cobro, que implican un costo para los comercios-, las transacciones móviles encuentran un espacio porque reducen el cobro de operaciones y solo requieren de un teléfono que los consumidores ya poseen.
“Los servicios POS móviles cobran el 8% de interés. En el caso de PAQ -una App de desarrollo local-, el costo es menor porque el comerciante usa su celular. No hay otro aparato, ni red de procesamiento y quita las intermediaciones que tienen los comercios tradicionales. Vamos directo a la cuenta de prepago o pospago”, agregó González.
Pago móvil reta al cibercrimen
Por otro lado, en Guatemala, el comercio informal superar de forma abultada al formal, funciona sin una estructura y deja fuera a más de la mitad de los consumidores para tener una tarjeta de crédito. En cambio,la “tecnología abre la oportunidad de inclusión financiera. En la medida en que se promueven estas soluciones, se transformará el modelo bancario”, dijo el experto.
El dinero para soportar el procesamiento de los pagos móviles vendría de los contenidos que se generen en las transacciones y por el patrón de comportamiento de los consumidores, como los millennials, que serán determinantes hacia el final de esta década.
La propuesta es que las nuevas alternativas permitan a los consumidores estar más informados sobre dónde encontrar mejores ofertas y lo que gastan, tal como lo permite Mint, un software que se conecta a las cuentas bancarias para controlar los pagos y la administración del efectivo, entre otras características.
“Es inteligencia de negocios. Si se sabe en qué estás y eso ayuda a la comunidad, se puede indicar la adquisición de un producto a menor costo. El pago móvil superará al comercio electrónico, aunque por ahora no hay un modelo definido a seguir”, agregó el ejecutivo.
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