Fany Alvarenga
Las velas que alumbraron los hogares de cientos de panameños durante los apagones registrados en el periodo de sequía y las inundaciones dadas en El Salvador a finales de abril son muestra de la función que cada año se repite en los escenarios de toda la región.
A partir del desarrollo de un Corredor Centroamericano de Energía Limpia que está en su fase inicial, se busca escribir otra historia, a la que se suma el ya concluido Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac).
Este proyecto, que inició en el 2007, consistió en la construcción de líneas y subestaciones de más de 1.800 kilómetros. Sin embargo, va más allá de las instalaciones eléctricas, porque incluye el desarrollo del mercado eléctrico y de sus instituciones reguladoras.
Comprar al Siepac ha representado para los países una opción factible a precios competitivos, que permite suplir la demanda en las horas pico.
Comercio creciente
Los datos del Ente Operador Regional (EOR) cuantifican que las transacciones acumuladas a diciembre del 2014 por seis países de la región registraron ventas de energía por 1.445.833 megavatios hora (MWh), mientras que las compras llegaron a 1.403.632 MWh.
Por ello, el aumento de inversiones en energías renovable, especialmente la solar, retumban en la región y apuntan al interés para lograr una verdadera integración energética y el desarrollo de proyectos de alta envergadura. El 2014 significó un gran salto en la producción de energía renovable, al cerrar la matriz con un 52% de generación por fuentes limpias y solo un 48% de producción a través de generación con plantas de energía por el uso de hidrocarburos.
Para el 2015, las transacciones acumuladas hasta finales de mayo registran ventas de energía por 525.816 MWh y compras por 514.214 MWh y, debido a que el nivel de las transacciones ha aumentado, lo que se busca ahora es fortalecer el proyecto regional, para tener opciones frente a crisis como la panameña.
“Es prioridad, porque además nos permite apoyarnos en momentos de algunas necesidades de falta de energía o que tengamos oportunidades de entregar energías a otros países”, señala Salvador Mansell, presidente de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel).
Gerardo Salgado, gerente de planificación de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) de Honduras, agrega que actualmente se trabaja en el tema de consolidación de mercado y regulaciones. Y a través del SICA se busca crear un capítulo para fortalecer la integración y los intercambios.
“Lo que se ha dicho es que la línea de transmisión y la ley no es suficiente si los países no empiezan a incentivar, sobre todo contratos de largo plazo, contratos firmes, que le permitan a un asegurador tener certeza de que su energía se va a vender”, explica Ronny Rodríguez, del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) de Costa Rica.
Guatemala lidera
En los primeros 5 meses del año, el país que destaca por sus ventas de energía es Guatemala, que registra 379.697 MWh, seguido por Costa Rica, que vendió 56.446 MWh, y en tercer lugar El Salvador, con 45.223 MWh. Más atrás se ubica Panamá, con 28.054 MWh, Nicaragua con 16.334 MWh, y Honduras, que presenta ventas por 60,3 MWh.
No obstante, Salgado aclara que cuando se hacen las transacciones no se discrimina entre la procedencia, es decir “no se discrimina si esa energía viene de plantas térmicas o de plantas renovables”. Por ello no hay un control en conjunto de cuánta de la energía que se comercia procede de fuentes renovables.
Georgina Barrientos, directora de mercado eléctrico de El Salvador, explica que las exportaciones generalmente no son renovables, aunque destaca que la regulación del mercado eléctrico de la región permite el aporte de energía renovable del Siepac solo en horas de baja demanda y con excedentes de producción renovables del país exportador.
Ser competitivos
Pero no solo la venta es positiva, comprar al Siepac representa para los países del istmo una opción factible a precios competitivos, que permite suplir la demanda de cada nación, sobre todo en las horas pico. En el 2014, Costa Rica compró alrededor de 200 gigavatios (GW) hora en el mercado y pudo obtener precios de energía accesibles.
Como ejemplo, el costo promedio de la producción de energía limpia en ese país es de alrededor de US$0,10 por kilovatio de hora, mientras que en energías térmicas pueden llegar a US$0,30 o más, pero en el mercado podría comprarse a US$0,20 o US$0,25, explica Rodríguez.
“El impacto es positivo, porque se aprovechan las capacidades que tienen todas las plantas de producción en la región y, al mismo tiempo, es el modelo ideal para los países que necesitan un efecto inmediato, sin hacer la inversión alta de infraestructura para energía”, señala.
Además se tiene claro que la mayor ganancia va a estar relacionada con la competencia que se va a dar, por colocar esa energía a disposición del sistema regional, lo que va a llevar mejores precios para el usuario final.
Mayor intercambio
En los próximos 5 años, los Gobiernos prevén la necesidad de intercambio de mayor volumen y plazo, lo que obligará a realizar la expansión de la red de transmisión regional, desarrollándose el segundo circuito de la línea Siepac, con el que se permitirá intercambios de hasta 600 MW en la región.
El experto Humberto Perla, consultor internacional, quien desarrolló varios estudios acerca de Siepac, explica que la expansión en un futuro será necesaria porque la capacidad actual del sistema (300 MWh) “por sí sola no puede asegurar soportar el crecimiento de las inversiones en generación, ya sean estas renovables o convencionales”.
Además apunta a que el istmo tiene muchas necesidades y deberá concentrarse también en la inversión en nuevas plantas con recursos eficientes, que aseguren una matriz energética que pueda dar una buena oferta de cara al consumo regional.
Pero el reto es desarrollar y unificar las políticas energéticas que tengan una visión regional, para que Centroamérica pueda crecer con un mismo criterio de competitividad y eficiencia.
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