La cartera correspondiente a las microfinanzas en República Dominicana se aproxima a los US$1000 millones, una buena cifra, pero se compara con la población bancarizada, que agrupa al 50% del producto interno bruto (PIB) del país, el microcrédito todavía tiene camino por recorrer en la nación caribeña.
Sin embargo, Francisco Abate, consultor independiente, señala la robustez de la cartera microfinanciera nacional, caracterizada por una demanda creciente y nivel de morosidad bajo. “Las personas de ingresos moderados y bajos pagan, está demostrado”, afirma.
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El rol que cumple el microcrédito, por lo general, y República Dominicana no es la excepción, es de apoyo a negocios que “ya están caminando” agrega el experto. En el caso concreto de los dominicanos, el capital semilla “es exigente y limitado”, de modo que Abate recomienda iniciar una microempresa sin incurrir en deudas.
La Red Dominicana de Microfinanzas (Redomif) celebra del 17 al 19 de septiembre el Foro Dominicano de la Microempresa, en el Hotel Hilton de Santo Domingo, anunció Abate, quien funge como coordinador académico del Foro. “El objetivo es aumentar el perfil de la industria local, que tiene 600000 microempresarios”.
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En la actividad se discutirán la educación financiera y el uso de las tarjetas de Solidaridad (un subsidio del Gobierno a las familias en pobreza) como mecanismo para la bancarización de los sectores más excluidos de la sociedad. Participarán expertos de Alemania y España.