La migración y las deportaciones son una amenaza para la economía de los países centroamericanos, indicó en Guatemala el director adjunto del Centro de Desarrollo de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), Federico Bonaglia, según medios locales.
“Es una realidad que las economías de Guatemala, El Salvador y Honduras se basan en una parte muy importante en las remesas; si los migrantes regresan, la escala de los envíos disminuirá y eso tendrá un impacto fiscal y ese es un riesgo”, afirmó Bonaglia en el foro “Colaboración público-privada hacia la apertura institucional” celebrado en el marco de la XXVI Cumbre Iberoamericana que se lleva a cabo esta semana en la ciudad de Antigua.
Bonaglia añadió que “si los gobiernos no ponen en práctica políticas de integración y no se aprovechan las competencias de las personas deportadas tendría impacto a mediano plazo”.
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Entre el 1 de enero a octubre pasado se recibieron en Guatemala 7.687 millones de dólares de remesas, lo que superó el monto total recibido en 2016, que fue de 7.159 millones de dólares.
Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada de El Salvador, Luis Cardenal, afirmó en el foro que “el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) es exportador de migrantes y las economías se sostienen gracias a ellas, y sin ellas, por ejemplo, la economía de El Salvador sería insostenible”.
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En lo que va del año hasta el 13 de este mes, EEUU ha deportado a 13.238 salvadoreños, cuando en todo 2017 la cifra fue de 13.947, informó la Dirección General de Migración y Extranjería de ese país centroamericano a través de la red social Twitter. La XXVI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno se desarrolla esta semana.