De acuerdo con un análisis realizado por la Universidad de Costa Rica (UCR), “Estudio actuarial del seguro de invalidez, vejez y muerte”, si no se toman medidas urgentes se estima que los ingresos de aportes e inversiones dejarán de ser suficientes para honrar los gastos en 2,022-2,028, por lo cual se tendría que utilizar la reserva, la cual se agotaría en 2027-2034.
Para los expertos, el seguro de invalidez, vejez y muerte (IVM) de Costa Rica se encuentra en un proceso de transición demográfica y financiera, caracterizado por una reducción de los radios de soporte, un aumento en los costos sobre los salarios y un debilitamiento del cociente de reserva.
El radio de soporte se redujo en 2015 a su nivel más bajo observado en los últimos 35 años, alcanzando 6,7 cotizantes por pensionado. En el mismo año el costo sobre los salarios representó el 8,9% sobre los salarios, lo que significa un aumento del 34% con respecto al valor observado en el año 2,000. El cociente de reserva se redujo de 3,6 gastos anuales en 2005 a 2,4 gastos anuales en 2015, lo cual representa un deterioro del 32%.
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Esta situación es coherente con el proceso de envejecimiento de la población, los altos índices de natalidad y fecundidad del período 1940-1965, el incremento en la esperanza de vida, el aumento de cobertura promovido en las décadas de 1970 y 2000, así como su estancamiento a partir de 2010, la crisis económica de 2009, la reforma de 2005 que concedió beneficios adicionales de pensión proporcional y reducida, los ajustes al monto de la pensión mínima en 2005-2009 y la falta de actualización de la base mínima contributiva en 2006-2009.
Como resultado, el costo sobre los salarios continuará su crecimiento, alcanzando valores cercanos al 15% entre 2030 y 2040 y en el largo plazo entre 30% y 47% sobre los salarios, según escenarios, con un promedio del 35% en el escenario base. Las primas y los productos de las inversiones no alcanzarían para honrar las obligaciones entre el 2022 y el 2028 y la reserva se agotaría entre el 2027 y el 2034, dependiendo de los escenarios.
Para el escenario base se obtuvo que los radios de soporte seguirán bajando hasta alcanzar 1,8 cotizantes por pensionado en 2050 y un promedio de 1,3 a partir de 2067. Las tasas globales de reemplazo continuarán su reducción hasta alcanzar un valor promedio de 40% a partir de 2030.
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Sin embargo, el Presidente de la República, Luis Guillermo Solís, descartó categóricamente que el IVM de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) enfrente una crisis financiera. “Estamos a tiempo para solucionar esto, no estamos en una crisis del régimen de pensiones, podríamos llegar a estarlo si no tomamos las medidas que hay que tomar”, añadió.
Al ser consultado sobre la viabilidad para modificar el IVM, el mandatario fue enfático en mencionar que el tema debe definirse en un debate nacional mesurado, cuidadoso, detallado y alejado de la política; además, indicó que eso requiere de un análisis riguroso del informe al tratarse de un asunto meramente técnico.
Acciones concretas
El estudio plantea, entre otras alternativas, reformar el IVM elevando la edad de retiro de los trabajadores de 65 años a 70 años con el fin de estabilizar el sistema, sin embargo, Solís recalcó que ese punto es solo una parte del documento, que incluye una serie de posibles acciones que se podrían efectuar para evitar cualquier desbalance monetario del régimen.
Entre las soluciones planteadas se encuentra que los costos sobre los salarios se reduzcan un 23,3% y requiere un plan de primas escalonadas, que alcanzaría un máximo promedio del 26,4% sobre los salarios. Además, la Universidad de Costa Rica propuso que la distribución de la prima se modifique, pasándola a 53% a cargo del patrono, 33% a cargo del trabajo y un 14% a cargado del Estado.
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Otra de las recomendaciones es que el monto de la pensión no supere el 40% del salario cotizado, desvincular el monto mínimo de pensión y actualizar cada cinco años los requisitos de cotización de retiro por vejez, según la esperanza de vida.