Fany Alvarenga
Colaboración: Maria Sandoval / Carlos Guisarre
Durante la Cumbre de Energía desarrollada en Washington, el vicepresidente estadounidense Joe Biden, señaló que el Caribe debería quitarse el "obstáculo" de la dependencia energética de proveedores únicos. Este señalamiento caló en el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quién propuso a los países miembros de Petrocaribe fortalecer alianzas en materia energética, ante pretensiones divisionistas del Gobierno de Estados Unidos.
Hacer efectiva la propuesta de Venezuela en el panorama actual, divide las opiniones de los expertos centroamericanos. Según Guillermo Peña Panting, director de la Casa de Estudios Económicos Fundación Eléutera, Petrocaribe es insostenible al precio que registra el crudo actualmente, por lo que “Honduras puede decidir si quiere seguir, pero Venezuela no puede o no podrá pronto honrar esos contratos”.
Honduras regresó el año anterior a Petrocaribe con el objetivo de reducir su factura petrolera que es de US$2,100 millones y aunque “no le afecta negativamente estar en la iniciativa”, por el momento, “no le puede ser útil debido a la situación de Venezuela”, coincidió Julio Raudales, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Raudales recalca que la iniciativa ahora “tiene menos sentido” porque Petrocaribe es un mecanismo para facilitar provisión de combustible en épocas de escasez, “no implica precios más bajos, solo implica previsión, créditos”. Y aunque el objetivo era aprovechar este mecanismo, por ahora “dudo que pida dársele uso, porque Venezuela tiene problemas financieros para mantener este esquema”, dijo el experto.
La otra visión. En el caso de Nicaragua, las posibilidades renunciar al convenio no son previsibles, pues están basadas en relaciones políticas fundamentadas bajo el marco de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), explica el analista nicaragüense Alejandro Araúz.
Por su parte, en República Dominicana las autoridades parecen estar más que cómodas. Temístocles Montás, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo indicó que el Gobierno hizo un buen negocio al renegociar la deuda de Petrocaribe, porque de US$4200 millones solo pagará US$1 923 millones, lo que implica una reducción de 52% del monto total.
La operación, a su vez, implica una reducción de la deuda pública de la República Dominicana, equivalente al 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), porque la que corresponde al sector público no financiero se situaba en 37% del PIB y bajaría a aproximadamente 33%.