Guatemala, un país dotado con atractivos turísticos diversos, tiene ahora que retroceder en sus pronósticos y metas alcanzadas. Esto porque ha decidido hacer mejor sus cuentas y medir con métodos más fiábles cuan aceptada es la oferta de sus atractivos para los visitantes.
La meta lograda en 2013, cuando en un hecho inédito rebasó la cifra de 2 millones de visitantes, y que posteriormente se incrementó en un 15,7% en 2014, debió ser revisada. Ahora, los guatemaltecos reconocen que en 2015 apenas hubo 1,736.834 turistas, muy lejos de la meta de 2 millones. La buena noticia fue que, la tendencia, a pesar de las correcciones, es positiva, con un 3,5% de incremento interanual.
“La verdad es algo dura, porque nos da claridad de que no estamos en un primer lugar como país receptor de turismo en Centroamérica, sino hasta en un tercero”, comenta Juan Pablo Pira, analista especializado en el tema de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies).
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No obstante, Pira consideró que es importante para la definición de metas y políticas la claridad y certeza de las cifras como reflejo de “la verdad de cuántos visitantes entran a Guatemala”.
No impacta a negocios
Por otro lado, Pira advirtió que esta disminución en las cifras reales “no significa que los hoteles se han quedado sin huéspedes o los tour operadores sin clientes”. Aclaró que los negocios relacionados al turismo se mantienen activos pues el flujo de visitantes continúa dinámica, por encima de los años anteriores.
Francisco Bonifaz, director del Inguat explicó que la institución, con el apoyo de otras instituciones públicas y privadas, inició en 2012, con base a los parámetros e instrumentos de la Organización Mundial de Turismo (OMT), la revisión de su metodología de recolección de datos y resultados estadísticos.
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Indicó que en diciembre de 2015 se informó que los datos que se manejaron entre 2009 y 2014 fueron sobredimensionados producto de la metodología empleada hasta entonces.
Pira detalló que parte de la corrección de cifras se deriva de la clasificación de “visitantes” o “turistas”. “Hay una definición específica del turista, que es la persona que abandona su entorno habitual y pasa por lo menos una noche fuera de éste, es decir, en un país diferente, que lo recibe. En cambio, el excursionista, viaja a otro país, pero no pasa ni un día en éste”, explicó
Esta situación provocó que el Inguat se basara en los datos aportados por la Dirección de Migración, que consigna el número de personas que entran y salen del país, pero sin especificar si salía el mismo día, indicó el experto.