Definir a un sector de la población como son los ‘millennials’ no es tarea fácil, pero la mayoría de los medios coinciden en algo: estos jóvenes nacidos a partir de los 80 son una generación digital, hiperconectada y con altos valores sociales y éticos. Todo esto y más les hace diferentes a generaciones pasadas.
De acuerdo a encuestas de años pasados realizadas por Deloitte, los millennials se sentía progresivamente más positivos acerca de la motivación y la ética de las empresas. Sin embargo, este panorama ha cambiado en el 2018, donde la polémica generación se ha dado un dramático revés y las opiniones sobre las empresas alcanzaron su nivel más bajo en los últimos cuatro años. Ahora, menos de la mitad de los millennials considera que las empresas actúan éticamente (48% vs. 65% en 2017) y que los líderes corporativos están comprometidos con ayudar a la sociedad a mejorar (47% vs. 62%).
Estos hallazgos son el resultado de una encuesta realizada a 10.455 millennials de 36 países y otras 1.850 personas de la Generación Z, provenientes de seis países; recientemente incorporadas a la fuerza laboral quienes también fueron entrevistadas también sobre sus puntos de vista respecto a los negocios. “Esta población siente que los líderes corporativos han establecido una prima muy alta a las agendas de sus compañías, sin considerar las contribuciones a la sociedad en general. Las empresas necesitan identificar maneras de impactar de forma positiva a las comunidades a su alrededor y enfocarse en temas como la diversidad, la inclusión y la flexibilidad si quieren ganar la confianza y lealtad de los empleados millennials y de la Generación Z”, expresó Punit Renjen, CEO mundial de Deloitte.
Las dos generaciones están muy conscientes del vasto papel que juegan las empresas en la sociedad y consideran que las prioridades de los negocios deben ir en línea con la creación de empleo, innovar, mejorar la vida y la carrera de sus empleados, al tiempo que impactan de manera positiva la sociedad y el ambiente.
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Industria 4.0 intimida a las generaciones
Con respecto a la cuarta evolución industrial, tanto millennials como Generación Z manifestaron que tienen el potencial para liberar a las demás personas de actividades rutinarias para que se enfoquen en trabajos más creativos pero muchos se sienten incómodos con su llegada. El 17% de los entrevistados y 32% de aquellos cuyas organizaciones ya emplean abundantes tecnologías de la cuarta revolución industrial, indican que parte o la totalidad de sus trabajos serán reemplazadas. Además, menos de 4 de cada 10 millennials y 3 de cada 10 empleados de la Generación Z sienten que tienen las habilidades requeridas para triunfar y buscan empresas para ayudarlas a tener éxito en esta nueva era.
Hoy en día, profesionales jóvenes buscan ayuda para construir habilidades blandas como confianza, habilidades interpersonales y actitudes éticas, sin embargo, las compañías no responden a sus necesidades de desarrollo. Solo 36% de los millennials y 42% de los encuestados de la Generación Z dijeron que sus empleadores los ayudan a comprender y prepararse para enfrentar los cambios asociados con la Industria 4.0.
La industria 4.0 presenta retos imperantes, por ende es preciso que las organizaciones partan de las habilidades básicas de las generaciones nativos digitales para fortalecer y desarrollar sus competencias de cara a las nuevas posiciones, entornos e interacciones con la tecnología.
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“El que menos de cuatro jóvenes de cada diez se considere preparado, se enlaza con otro de los resultados globales, incluido nuestro país, que revela un 60% de empresas que no cuentan con un plan para desarrollar a sus colaboradores. Esta combinación de elementos nos deja en una ruta compleja para impulsar el empleo, el crecimiento de las personas y el éxito empresarial”, finalizó Cristina Cubero, Directora de Consultoría de Deloitte.