“Respecto a la tasa no se alarmen”, sugirió Stephanie Moll Fetzer, analista de la central American Business Intelligence.
La renuncia de Otto Pérez a la presidencia de Guatemala tras ser vinculado a una red de defraudación tributaria, es uno de los capítulos más recientes de la crisis política que vive el país y que generan dudas sobre la estabilidad económica y el ambiente de inversiones a solo dos días de los comicios generales del domingo.
No obstante, la economía no resultará contaminada por los hechos, y tampoco se reflejará en la relación de Guatemala con los mercados internacionales, de acuerdo con especialistas.
“Difícilmente se puede concluir que la tasa de los bonos soberanos esté recogiendo riesgo. Es difícil determinar que recoge el riesgo de la crisis política interna si al mismo tiempo hay una ola mundial que está recogiendo el riesgo en los bonos soberanos de otros en el mundo, especialmente de las economías emergentes”, explicó la analista de central American Business Intelligence.
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Según Moll, por el contrario, la tasa de los bonos en otros países “está peor”, por lo cual “no se puede clasificar si esta subida en la tasa de los bonos soberanos de Guatemala es por la ola internacional o si responde a los hechos internos”.
Comentó que dicha ola internacional arrancó “exactamente” el mismo mes que detonó en Guatemala la actual crisis política: abril. “Es una tendencia mundial y fácilmente se puede confundir con la crisis política”, manifestó.
Nicholas Virzi, vicepresidente de la Cámara Guatemalteco Americana de Comercio (Amcham) dijo que la economía guatemalteca permanece estable y consideró que no sufrirá un impacto importante por la actual crisis política, gracias a que los indicadores siguen invariables.
Por el contrario, opinó que la crisis puede ofrecer un futuro más alentador porque “se sabe que se está limpiando la corrupción”.
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No obstante, reconoció que “momentáneamente se va a espantar” la inversión extranjera, lo cual consideró lógico porque “ninguna crisis es bien vista por los inversionistas”. Ante ello, planteó la necesidad de “redoblar esfuerzos” para recuperar la confianza de los inversionistas.
Advirtió que de toda la Inversión Extranjera Directa (IED) en Centroamérica, Guatemala sólo capta el 12%, cuando lo que debería captar es el 36%. Esto por el hecho de tener el 36% del total de la población de Centroamérica y el 27% del PIB regional.