Jorge Quijano, actual administrador de la vía interoceánica reconoció los puntos débiles del proceso que “no podían prever por la magnitud de la obra”, asegurando que “de ahora en adelante pre negociarán esos puntos álgidos antes de iniciar cualquier obra futura”.
Entre esos aprendizajes está exigir que el líder del consorcio tenga la mayor participación accionaria. Esto hubiese evitado las tensas negociaciones y la paralización de la obra en 2014 cuando el consorcio Grupo Unidos Por el Canal, contratista de la obra, adujo sobrecostos y liquidez comprometida para continuar con la construcción.
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También exigirían que los consorcios que se presenten a cualquier licitación prueben que ya han trabajado juntas antes, esto en virtud de garantizar una buena relación y comunicación entre ellas.
Que el proyecto de diseño sea parte del consorcio también, no sólo un producto subcontratado; que la inauguración se incluya en el pliego de cargos; que todos los subcontratistas y consecuentes subcontratos estén negociados, aunque sea preliminarmente, antes del inicio de la obra y establecer las bases para las visitas e inspecciones de la obra.
En cuanto a la comunicación, el administrador del Canal también reconoció su reacción tardía y sólo luego de que las imágenes y videos de las filtraciones en las compuertas recién instaladas inundaran las redes sociales. Reconoció que cualquier evento debe ser comunicado máximo 25 minutos después de tener conocimiento de ello, aunque no se maneje toda la información. También restringiría al contratista la comunicación externa de la obra y la relación con los medios, para evitar la “desinformación y manipulación mediática” durante cualquier conflicto o reclamo.
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En cuanto a los US$2,600 millones en reclamos económicos aún pendientes por dirimir en un tribunal de arbitraje en Miami, indicó que la mayor defensa del caso es que nunca se cambió el alcance de la obra, incluso que nunca sacrificaron calidad por tiempo y que dieron al contratista suficiente tiempo para terminar la obra cumpliendo todos los requerimientos que estaban en el pliego de cargos-contrato: ni más ni menos.
Las nuevas esclusas neo panamax tienen 156 reservas programadas y 18 tránsitos efectuados hasta el 8 de julio pasado. El canal espera aportar más de US$1,600 millones anualmente al gobierno central después de la ampliación.