De acuerdo a la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) hay vientos favorables en el entorno económico que pueden favorecer al país pero la economía se encuentra anclada y no genera el empleo que la población necesita.
Entre los aspectos favorables, de acuerdo al análisis de dicha entidad, se encuentran las exportaciones, que durante 2017 crecieron 5.7%, la inversión extranjera directa neta que durante 2017 superó los US$413 millones, además el régimen de lluvia permitió la generación hidroeléctrica tanta sí que ha sido la mayor en los últimos 5 años y se prevé un incremento de la zafra.
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Estos aspectos favorecen el panorama económico para el país de entrada al 2018, sin embargo también existe factores en contra que desfavorecen la economía. Entre ellos, la pérdida de empleo formal y un bajo nivel en las ventas, lo cual, según Fusades, revela factores internos como la incertidumbre, lo cual no permite aprovechar los elementos positivos.
Según Pedro Argumedo, investigador de Fusades, para 2018 la economía salvadoreña también puede verse beneficiada por las remesas, siguiendo la tendencia que ha llevado este rubro en 2017 donde se percibieron más de US$4,112.3 millones, hasta mediados de noviembre, lo cual significa un incremento de un 10.3%. En 2016 las remesas fueron de 6.2%, esto, aún ante la posibilidad de que Estados Unidos finalice el TPS con el país.
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Sin embargo, tanto Fusades como la empresa privada insiste en que el principal tema en el que debe enfocarse el país es en la generación de empleo. Recientemente la Asociación Nacional de la Empresa Privada, ANEP, sostuvo que el país posee un déficit de generación de empleos de 70 mil, es decir, anualmente unas 10 mil personas logran colocarse pero la necesidad de plazas es de 80 mil, según el presidente de la ANEP, Luis Cardenal.
Según los datos de Fusades, desde 2015 el crecimiento promedio del empleo formal es de 1.4% pero en 2017 el promedio cayó 0.6%, lo cual ilustra el problema del débil crecimiento de la economía. Así, en 2018 el crecimiento económico dependerá en gran medida, de la generación de empleos que puedan ponerse a disposición de una sociedad bastante golpeada por la crisis económica, precios altos e inseguridad.