Mariela Montero
Tal como explica el economista y empresario costarricense Luis Mesalles, es normal que en una economía se den constantemente cierres o aperturas de empresas. Pero en el caso puntual de Costa Rica, asegura que las cifras macro advierten que la cantidad de empresas que están cerrando y dejando personas desempleadas es más que la cantidad que está abriendo y contratando.
Según Rudolf Lücke, investigador del Instituto de Investigaciones de Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE), al revisar las cifras de desempleo del 2014, se ve un aumento de por lo menos un punto porcentual, lo que implica unos 30.000 trabajadores adicionales que no están consiguiendo trabajo.
Para Mesalles, en Costa Rica, el fenómeno puede explicarse en la combinación de tres factores: el país se ha vuelto caro para producir, falta claridad del enfoque de gobierno y el panorama fiscal genera incertidumbre.
Para Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica, el alto costo de la energía sigue siendo un gran grillete para las empresas. “Volcano, una empresa importante, anunció el recorte de 103 empleados”, señala.
Egloff además reconoce que las empresas deben tomar decisiones frías y mientras otros grupos resuelven el problema con huelgas en las calles, el sector empresarial lo que tiene que hacer es recortar plazas, cerrar o irse a producir a otro país.
En El Salvador, en noviembre del 2014, las dificultades para lograr las metas de venta y condiciones desfavorables para la inversión motivaron el cierre de Tiendas Max y el despido de 112 personas.
“Obviamente la economía no ha andado muy bien en los últimos años, apenas sube un 1%, es por eso que la demanda se ha mantenido baja, de repente los números no son favorables al empre sario y es mejor cerrar y eso combinado con el tema de la delincuencia, que muchas empresas han sido víctimas de extorsión”, opina Mario Magaña, director de asuntos económicos y comerciales de la Cámara de Comercio e Industrias de El Salvador (Camarasal).