La temporada de canícula que está afectando la economía agrícola de los países de Centroamérica, ha durado más de los habitual por lo que algunos países no descartan declarar estado de calamidad.
En Guatemala se calcula pérdidas por más de US$50 millones de dólares, 100.000 hectáreas de cultivo dañadas y al menos 142,000 familias afectadas. En ese país, el ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Mario Méndez, dijo que no descarta declarar estado de calamidad, si persiste la emergencia.
La semana anterior los ministros de agricultura que integran los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), solicitaron ayuda a la comunidad internacional para atender a los productores afectados especialmente en el Triángulo Norte.
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En el Salvador la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), calculó que las pérdidas ascienden a 4.1 millones de quintales de granos básicos. Luis García, gerente de meteorología del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) califico como “extrema” la sequía que ya supera los 30 días continuos.
Pero no solo el Triangulo Norte atraviesa por este problema, Panamá contabilizó que en los últimos dos años, este fenómeno causó la perdida de US$72 millones en la parte agrícola, siendo maíz y arroz los cultivos más afectados.
Por su parte en Honduras, el presidente de Progano, Dulio Medina, señaló que las pérdidas de la cosecha por la canícula en los municipios del corredor seco han afectado en un 80% los cultivos.
De acuerdo a la FAO, en años anteriores la sequía dejó más de 3.5 millones de personas con necesidad de asistencia humanitaria, por eso están buscando fortalecer las capacidades de los países de la región en el monitoreo y alerta temprana de esta anomalía climatológica con el uso de información geoespacial.