Las posibles repercusiones de la aprobación del Nica Act fueron presentadas recientemente por el director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), Juan Sebastián Chamorro, ante centenares de académicos, empresarios y líderes políticos y sociales.
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La presentación de Chamorro inició reconociendo que “el crecimiento económico se ha mantenido por una política fiscal prudente, el superávit fiscal, políticas tributarias, adecuado manejo de la deuda externa, apropiados niveles de reservas internacionales, baja inflación, política cambiaria estable, apertura comercial y fomento a la inversión extranjera”.
Sin embargo, la reciente aprobación de la Ley de condicionalidad de la inversión en Nicaragua (conocida en el ámbito político como Nica Act), el panorama podría cambiar.
El más optimista de los escenarios es que la aprobación del Nica Act en el Senado de los Estados Unidos de América no prospere el próximo año y se mantenga el crecimiento económico entre el 4,5% en 2017 y el 4,0% en 2020.
El otro escenario es que se apruebe el Nica Act y, consecuentemente, se restrinja el acceso de Nicaragua a fondos del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El análisis de Funides prevé que la restricción de los fondos de ambas instituciones financieras multilaterales (que superaría los US$100 millones anuales) contraería drásticamente el gasto público, reduciría la inversión y desgastaría las reservas internacionales.
“Se aprueba Nica Act afectará al sector público, pero además generará expectativas adversas entre los inversionistas”, aseveró Chamorro, ante un auditorio lleno, cuyas expectativas no fueron superadas con la presentación general que hizo Funides.
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Varios de los asistentes a la presentación del organismo de la sociedad civil sugirieron profundizar el estudio para prospectar el impacto que tendrá en las operaciones de zonas francas, muchas de las cuales son subsidiarias de empresas estadounidenses.