Mantener su solvencia financiera sigue siendo una meta del Banco de Nacional, pero adicional a eso, ha diseñado una estrategia que le permita gestionar responsablemente sus recursos, generar confianza en sus grupos de interés, apoyar el desarrollo de sus colaboradores y de poblaciones vulnerables de la población, y medir y mitigar sus impactos ambientales.
Para la entidad esta visión de negocio nació aproximadamente hace 11 años, con la intensión de generar un impacto positivo en tres ejes específicos: económico, social y el ambiental.
“La sociedad le está preguntando a las empresas cómo está generando sus negocios y ante esta pregunta nuestro deber es responder si se hace con prácticas responsables de medio ambiente, cumpliendo la declaración de los derechos humanos, y si estamos impactando a la comunidad, por eso esta iniciativa es una respuesta al cómo nuestra gestión financiera va acompañada de prácticas socio ambientales”, expresó Maximiliano Alvarado, director de responsabilidad social del Banco Nacional.
Según explica Celina Pagani Tousignant, presidenta y fundadora de Normisur Internacional, una consultora internacional que se especializa en Responsabilidad Social Empresarial, el crecimiento económico de un país no se puede dar si se está destruyendo el medio ambiente, y por ende es imposible excluir las políticas ambientales, el impacto social y ambiental, al referirse al crecimiento de una compañía.
“Los bancos en su rol de intermediarios, son clave para el desarrollo sostenible de las economías en los países. Los bancos proveen capital y afectan el crecimiento de todas las industrias”, agregó Pagani.
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Entre los proyectos de inclusión financiera que desarrolla el Banco Nacional destaca la ayuda a 3.149 mujeres beneficiadas con garantías FIDEIMAS, 17.425 créditos para el desarrollo empresarial en 2015 y 2016. Además de los 140 indígenas han recibido capacitación gracias a sus programas de educación financiera, año así como a 110 personas con discapacidad.
En su foco de gestión ambiental la entidad ha disminuido el consumo de agua en un 3%, el papel en 25%, de las tintas en 27%, del combustible en 31% y de la electricidad 9%, esto si se comparan las cifras de 2015 y 2016, además se ha comprometido con la conservación de 2.825 hectáreas de bosque.
Siete desafíos por superar
Pagani hizo énfasis en los retos esenciales que deben enfrentar las entidades financieras para hacer frente a las expectativas de un consumidor cada vez más comprometido con la sostenibilidad, para esto es indispensable hacer de la visión sostenible un motor de la competitividad. En ese camino la experta reconoce la urgecia de atender desde el sector financiero, una serie de desafíos.
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La necesidad de descarbonizar las carteras de inversión con el financiamiento de energías renovables es uno de los primeros retos advierte Pagani, pero a esto se suman otros desafíos como: frenar el sobreendeudamiento de la población, elevar la tasa de bancarización, atender la falta de créditos para emprendores, gestionar los riesgos de los derechos humanos, avanzar hacia la economía circular e integrar la sostenibilidad en la gobernanza de la empresa.