Por: Carolina Benavides
Las principales ciudades del planeta están viviendo un acelerado crecimiento urbano, que pone en aprietos la gestión sustentable de las urbes a nivel mundial y la región no está excluida de esta realidad, pues actualmente Centroamérica es la segunda zona con mayor aumento de la población en sus ciudades, solamente superada por África.
De acuerdo con el Estudio de la Urbanización en Centroamérica: Oportunidades de una Centroamérica Urbana, realizado por el Banco Mundial en 2016, un 70% de la próxima generación vivirá en urbes, en comparación con un 59% actualmente.
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Ante esta situación, Luis Alfaro, gerente de mercadeo de Schneider Electric Centroamérica, explicó que actualmente se calcula que un 50% de la población mundial habita en las ciudades, que estas zonas urbanas consumen el 75% de la energía y son responsables por el 80% de las emisiones de carbono.
Asimismo, indicó que con este panorama existe una enorme necesidad en apresurar la implementación de tecnologías que permitan hacer más con menos recursos, es decir implementar distintas soluciones que ayuden a desarrollar ciudades inteligentes y sostenibles.
Smart Cities en la región
Pese a que el término de Smart City es muy conocido, son pocas las ciudades que cuenta con iniciativas de este tipo que destacan a nivel mundial. Muestra de ello son Nueva York, Londres, París, San Francisco y Boston, que encabezan el top cinco de las ciudades más inteligentes en todo el mundo de acuerdo al índice IESE Cities in Motion 2016 del Centro de Globalización y Estrategia del IESE, en donde se miden un total de 77 indicadores de 181 ciudades de 80 países.
En el caso de la región, son pocos los esfuerzos que se han realizado ya que solo Panamá ha logrado poner en marcha una iniciativa de este tipo en su capital. Países como Costa Rica, El Salvador y Honduras han dado pasos más pequeños, y aún no logran contar con una ciudad inteligente.
Según explicó Alfaro, en Centroamérica existen proyectos que apuntan a la actualización de las redes eléctricas y de los sistemas de agua. Además, el sector construcción se ha preocupado por incorporar sistemas de automatización en edificios, centros comerciales y zonas residenciales, que garanticen un menor consumo energético, mayor seguridad y comodidad de sus habitantes.
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Sin embargo, comentó que la implementación de tecnologías de automatización que conviertan a una ciudad en inteligente requiere de la coordinación del sector público, privado y también de los ciudadanos. El objetivo es lograr la interconexión de todos los sistemas, el monitoreo de tareas y funcionamiento, y que se registre toda la información que se genere en cada punto específico de la ciudad.
“Esta información se recibe en tiempo real en una plataforma con software capaz de interpretarla y así ver el ecosistema urbano como un todo, monitoreando su funcionamiento. Todas estas tecnologías trabajan con base en el Internet de las Cosas (IoT), cuyo rápido avance ha permitido conectar cada vez más dispositivos a la red y el software que da la posibilidad de interpretar toda la información que generan” mencionó Alfaro.
Beneficios de las ciudades inteligentes
Tomando en cuenta que en las zonas urbanas es donde se utiliza más energía y es donde se produce la mayor cantidad de emisiones de carbono, el desarrollo de Smart Cities le traería múltiples beneficios al istmo centroamericano, tales como: alrededor de un 30% de ahorro energético, 15% de reducción de pérdidas de agua, 20% en tiempo de desplazamiento y retrasos de tráfico así como beneficios sociales y económicos para el ciudadano.