Redacción/EFE
"La agroindustria cubana viene trabajando tiempo atrás, antes de la posibilidad de vender allí (en EE.UU.), para mejorar la eficiencia y la productividad. Hay muchas más opciones de aumentar la producción" y cubrir esa demanda, dijo en una entrevista Sánchez-Harguindey, en el XVII Festival Internacional del Habano, inaugurado ayer en la capital cubana.
Aunque la última cosecha de tabaco funcionó bien, agregó que "siempre hay margen para aumentar la productividad o ampliar las áreas de cultivo".
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En su caso la aspiración es alcanzar una cuota del 25% o 30% en los primeros años posteriores al levantamiento del embargo y un 70% en el largo plazo en el mercado de puros premium, similar a su cuota mundial.
"No queremos especular sobre cuándo se puede levantar el embargo, pero será algo muy positivo para nosotros. Sólo pensar que EE.UU. aglutina el 65% de la cuota mundial de puros premium, da una idea muy clara del negocio transformador que eso representa", explicó.
Habanos S.A comercializa 27 marcas de puros premium hechos a mano en Cuba, pero no puede exportar sus productos a EE.UU. debido al embargo vigente desde 1962, aunque desde hace poco más de un mes los estadounidenses pueden importar pequeñas cantidades de tabaco.
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El pasado 16 de enero entraron en vigor algunas medidas que alivian el embargo, fruto del acuerdo entre EE.UU. y Cuba para restablecer relaciones diplomáticas del pasado diciembre, con lo que la Casa Blanca autorizó la importación de tabaco y alcohol de Cuba por valor no superior a US$100.
En la actualidad, el mercado mundial de los puros premium (torcido a mano) es de unos 400 millones de unidades, sector en el que Habanos ocupa una cuota de mercado superior al 70% en unidades y del 80% en cuanto a valor.