Un estudio hecho por Harvard Business Review descubrió recientemente que los trabajadores en Estados Unidos no están realmente comprometidos con su trabajo, siendo los millennials los que ocupan el primer puesto con el 71%.
La investigación muestra que para los millennials es importante estar en una organización donde se les permita crecer y aprender, y que el trabajo que realicen sea de verdad interesante. Mientras que para sus padres (los Baby Boomers), lo importante era contar con un buen jefe y un buen sueldo.
En otras palabras, las nuevas generaciones buscan más un salario emocional que uno monetario. Este tipo de salario satisface las necesidades personales, familiares o profesionales además de fomentar un buen clima organizacional.
Le puede interesar: Motivación más allá de incentivos económicos
De acuerdo con el estudio, este tipo de retribución puede motivar a los empleados y así mejorar la opinión que los trabajadores tienen de la empresa. Por lo tanto, no se trata de recibir una mayor cantidad de dinero, sino de recibir prestaciones que el trabajador entiende como beneficios más valiosos que un aumento de sueldo.
El “salario emocional” a veces hace la diferencia entre los trabajadores que se quedan y los que se van. Para algunos, incluso, estos beneficios no económicos son mucho más valiosos que un sueldo alto.
En una encuesta realizada por el portal de reclutamiento OCC, el 78% de las personas en trabajos formales renuncian a su empleo en busca de crecimiento profesional; el 72% por un mejor salario y el 49% para encontrar mejores prestaciones.
Además puede leer: ¿Cómo se relaciona la amabilidad con la productividad en las empresas?
Para saber si su salario emocional va de acorde con su trabajo, los expertos recomiendan revisar la cantidad horas laborales extras no remuneradas, la cantidad de trabajo que se lleva a casa, así como el crecimiento y los beneficios que le brinda la empresa. No obstante, antes de renunciar debe intentar negociar nuevos desafíos y formaciones.